Los métodos que instauro Joseph
Goebbels en la Alemania nazi están de plena actualidad en esta España
tan devaluada por los políticos que padecemos desde que se instauró la
“democracia” tan genuina en nuestro solar.
Lo primero que hicieron los “padres” de la
Constitución fue inventarse la España de las AUTONOSUYAS, y a unas las denominaron históricas (si llamar
históricas se circunscribe a un brevísimo espacio de tiempo en la República
apaga y vámonos) el sentido de la palabra “histórica” es mucho más amplio y
habla de siglos y en ella han sobresalido por su extensión Al-Andalus que
llegaba hasta los Pirineos Cataluña incluida, sin olvidar a esa olvidada y
vejada Castilla que fue durante siglos la mayor potencia mundial y a sus
famosos tercios los temían por toda Europa, pero a esa vieja Castilla los padres
de la Constitución la dividieron inventándose la comunidad autónoma de La
Rioja, sin ningún pedigrí al igual que la comunidad de Cantabria. Y no
olvidemos que las bautizadas como comunidades históricas nunca fueron reino y
estuvieron supeditadas a otras que si lo fueron como fue Aragón en el caso
catalán y Castilla y en parte Navarra en el caso vasco. Y no pararon ahí los constitucionalistas y
los políticos que les siguieron, entregaron a los nazi-onalistas su mejor arma,
la EDUCACIÓN.
!La jodimos!
A finales del XIX y
principios del siglo XX coincidiendo con la perdida de las últimas colonias
españolas surgen en la región vasca y en la región catalana unos iluminados que
llevarían a estas regiones a creerse naciones desde la primera glaciación, o
más.
Como decía Calderón de la Barca: “Fingimos
lo que somos, pues seamos lo que fingimos”
Así han surgido grupos de farsantes mal llamados nacionalistas que
llevan más de un siglo inventándose una historia tan irreal como falsa. En
Cataluña se estudia desde la más tierna infancia que la Guerra Civil de 1936-39
fue una guerra de España contra Cataluña… y todo ello cuando aún quedan
generaciones que la vivieron, no he visto mayor sinvergonzonería en mi vida
cuando Cataluña que estaba dominada por las distintas facciones de pistoleros
de izquierdas y donde en sus múltiples checas se mataban religiosos y gentes de
derechas en un número de varios miles fue tomada con suma facilidad por las
tropas “nacionales”, mientras, los pistoleros que la tenían asolada huían como
ratas a través de los Pirineos. En ningún otro lugar se recibió con mayor
alborozo y alegría a esas tropas que significaban la liberación de un régimen
de terror. Tampoco enseñan esos ESTAFADORES
a un pueblo que Madrid resistió dos años con gran heroísmo el asedio de
las tropas “nacionales” y lo entrecomillo porque todos los contendientes eran
nacionales, unos los defensores de la República y otros los conocidos por ese nombre.
Ya con anterioridad he hablado de la GRAN
MENTIRA que significa la celebración instaurada por el manos-largas Pujol desde el año 1.977 de la Diada, pero después de tantos años de lavado de
cerebro de los farsantes de CIU y ERC, entre otros, el pueblo cree como palabra
de Dios lo que solo es una de las más graves tergiversaciones de la historia, y
además un hecho, el de la defensa de Barcelona sin sentido pues ya hacía tiempo que el pretendiente
austracista había tomado posesión de la corona austriaca desentendiéndose de su lucha por la corona española.
Y qué decir de los hijos de Sabino Arana,
ese inventor de nacioncitas e instigador de odio al maketo, ese inventor de
guerras inexistentes contra Castilla, su reino durante varios siglos, y a la que en realidad sirvió
con heroísmo en multitud de empresas lo mismo en América que en suelo patrio,
esos vascos que imploraron en diversas ocasiones a su rey (el de Castilla) que
jamás los abandonara. Hoy gracias a los hijos de Arana, el PNV y sus cachorros
de ETA que al ver la pasividad y la vida plácida en su exilio en suelo francés
tomaron el camino de las armas, viven en el mundo de yupi sin nadie que les tosa, y todo ello por una HISTORIA totalmente falsa…
no he visto mayor incongruencia.
!Que
drama el de España!, ver siempre frustrada la nación liberal por los
integrismos tradicionalistas, y, por supuesto, ver como nuestras desdichas se
tejen en el telar de las falsas y pintorescas ilusiones de un tiempo imposible.
Hace ya muchos años que en sus "Meditaciones del Quijote" Ortega se
decía: "¿No es cruel sarcasmo que luego de tres siglos y medio de
descarriado vagar, se nos proponga seguir en la tradición nacional?
!La
tradición!
La realidad tradicional en España ha consistido en el aniquilamiento
progresivo y negación de esa realidad que es España. Las palabras del filósofo
no han envejecido, nuestros nacionalistas de hoy no permiten que envejezcan.
La
alusión a los derechos históricos procede de dos desdichadas operaciones
realizadas con el pasado, el fatalismo y el anacronismo. Considerar que las
cosas fueron como los nacionalistas quisieran que fuera es quitar a los hombres
su sitio en la historia. Es situar a la misma en un mundo de ensoñaciones muy
alejado de la realidad. Raymond Aron nos recuerda que subrayar la necesidad de
plantearnos futuribles, es siempre un proceso abierto. Imponer como derecho lo
que fueron privilegios de una minoría medieval, -derechos que igualmente se
tenían en otras regiones pero que nunca hacen uso de ellos- es devolver a la
sociedad al reino del agravio.
No
es la comunidad anterior, pretérita, tradicional e inmemorial la que
proporciona título para la convivencia política, sino la comunidad futura en el
efectivo hacer. No lo que soñamos, o inventamos que fuimos ayer, sino lo que juntos vamos a
hacer mañana, de aquí la Unión Europea. También de aquí que España no halle
solución mientras sus políticos, o al menos los que gobiernan, no hablen y
actúen como gentes verdaderamente contemporáneas que sientan bajo sí palpitar
todo el subsuelo histórico, que conozcan la altitud presente de la vida y
repugnen todo gesto arcaico y silvestre.
Y
es triste ver como los políticos callan y otorgan ante los estafadores
nacionalistas, como el mundo de la cultura y el periodismo da por buenas las
falacias en que se han instalado esos farsantes, aquí vivimos una omertá que da por real la mentira más
escandalosa.
España, no
tienes quien te defienda de esos estafadores.
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