Me levanto, estaba tumbado, me
asomo a la ventana, ha salido el señor Sol, me estiro satisfecho después de un
sueño reparador, fuera me espera Stradivarius, quiere marcha, me ducho,
desayuno, me visto, salgo, le ensillo y de un salto monto a la primera, al
estilo indio, salimos al trote, veo que trota mal de una pata, no pasa nada, le
llevo al taller de reparaciones de Paquillo el Caraflauta, le levanta la pata,
tiene la herradura averiada, se la quita y le pone una último grito,
antideslizante, le digo a Paquillo que le ponga otras iguales en las otras tres
patas para que no quede descompensado, Stradivarius feliz como un niño con
zapatos nuevos, le pago con cuatro tomates, dos lechugas, unos cebollinos y una
gallina ponedora.
Salimos a todo trapo, melena al
viento a la caza y captura de aventuras, el mundo nos espera a la vuelta de la
esquina del tío Rémulo, la última casa de la aldea, delante todo más de campo
que las amapolas, cojo al vuelo unas rosas silvestres que nunca se sabe,
respiramos aire puro de montaña, placer de locos, le meto el servofreno al
cuatro patas, a lo lejos diviso a la Bella Dorotea, la que alza la pata y…
luego la otra mientras canturrea una canción verde que te quiero verde, me
quito el sombrero de explorador y la saludo cortésmente: “Buenos días mi
Dorotea del alma, y como tú por aquí”
“Pues mire usted señor Sau, que
el cuerpo me pedía guerra y salga el sol por donde salga la voy a tener”
No se hable más, monta a la
grupa que la vamos a montar.
Y allí van camino adelante
Stradivarius, la Bella Dorotea y el loco camino a cualquier guerra, y si están
de vacaciones los guerreros la preparamos nosotros, nos dirigimos a la aldea de
Torrecillas de los
Destripaterrones, enemigos irreconciliables nuestros, la
cruzamos cantando a grito pelado que son todos unos cobardicas, ni caso, están
todos en misa de 12 y no se han enterao, seguimos, cruzamos el río Mojachirlas y a la
otra orilla nos tumbamos en la hierba y empezamos a hacer tonterías, que si un
achuchón por aquí, un mordisquito por allá, un gruñido del macho en celo, un
quítate el refajo de la hembra en celo, un tolón tolón que se desmadra, la
gruta de los suspiros que me acoge, lo de siempre vamos, y así pasan las horas
que le vamos a hacer, o a alguien se le ocurre algo mejor? No te digo.
Nos levantamos, seguimos
camino, en el prao de la señá Tazones vemos a la yegua Nicanora dando saltos de
alegría al ver a su amado Stradivarius, bajamos, le quito la silla y le suelto
para que retoce con su amada y es que todos tenemos derecho, y también izquierdo,
y también el del medio que hay que darle vida de vez en cuando, pero sin abusar.
Después de una buena montadilla
y sus buenas carreras a dúo por el prado Stradivarius se despide de su
amada y viene a nosotros, le doy unos cachetes en el cuello mientras resopla de
satisfacción, le pongo la silla montamos y nos vamos pallí pallá, a lo que
salga.
Y así pasan los días sin nada
digno de ser contado, monotonía que dicen los enterados, pero no hay mayor
monotonía que no hacer algo distinto cada día, y de eso la Bella Dorotea sabe
mucho, tiene un no sé qué y un qué se yo que siempre levanta el ánimo y otras
cosas al loco de las canillas al aire, ese tipo que se ríe de su sombra.
Desde la aldea de Navaltempujo y Cuesta Arriba
les deseamos un buen día lleno de aventuras.
!RELECHES!!!
Saudades
- 2014
PD.- Aunque el loco Sau dedica la
mayor parte de su tiempo libre a pintar cielos, nubes y naturaleza,
incluida la humana, no se olvida de los blogs y esas grandes personas que
están tras ellos, y no se me va el gusanillo de escribir y de tratar de dejar
una sonrisa.
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