lunes, 22 de diciembre de 2014

ES NAVIDAD




Amanece (señal de que era de noche), fuera está nevando, media vuelta, se está tan calentito en la cama, la aldea sigue en silencio después de una larga noche de celebración, la Nochebuena, todos unidos lo celebramos en una gran carpa que nos preparó Teodosio el de la señá Nicanora, es un manitas, aún supongo que quedarán los rescoldos de las grandes hogueras que nos alumbraban y calentaban el ambiente en el festín.

Nuestra cena fue muy sencilla como corresponde, unos botillos, butifarras, lomos 5J, jamón de los famosos cerdos aldeanos con la pezuña chamuscada, percebes de la charca, almejas, de las de concha, gambones del río Aysivoyconloquetedoy, eso para entrar en calor, después los platos fuertes, besugo al horno, cordero asado, chuletas de cabrito, y no miro a nadie de la aldea, toro padre asado entero, como corresponde, todo regado con los ricos tintos de la aldea, tan ricos que los exportamos, a todas las aldeas vecinas, y de postre turrón del duro, pero muy duro, reserva de cinco años o más, después puro y copa y bailoteo, allí me pegué como una lapa a la Bella Dorotea y lo que el hombre ha unido no lo separa ningún aldeano, he dicho.

Y no creáis que nos hemos olvidado de los que menos tienen, hemos invitado a los más humildes de los alrededores, no les ha faltado de nada, sobre todo nuestro cariño, y esto no es flor de un día, siempre que necesiten nuestra ayuda la tendrán que el año tiene 365 días, todos con las mismas necesidades.

Ahora que lo pienso, y mira que pienso poco, olvidé desearles a todos los humanos algo tan sencillo como FELICIDAD, y a esos humanoides que disfrutan y se enriquecen haciendo pasar hambre a tantos pueblos de la tierra, a esos que matan en nombre de una religión, triste incongruencia, les digo que ellos se lo pierden porque no conocen la más hermosa de las palabras… AMOR.

 

¡FELIZ NAVIDAD!

 

Saudades 2014





Estaré fuera unos días pero como castigo os digo que: 

    ¡VOLVERÉ!!!!
 
 

lunes, 15 de diciembre de 2014

EL PROCESO DE CREACIÓN


Perdonar al pesado este, ya está otra vez con el tema de sus brochazos,  pero cuando hago algo con mucha ilusión, como es el caso, me gusta compartirlo. Este trabajo que pongo a continuación es el último, de momento, pues ya tengo otro en cartera, y es el que más me ha costado terminar, el dedo muchas veces se quedaba dolorido de apretar el soldador contra la madera sobre todo al hacer las sombras. Ha durado tres o cuatro días de cinco o seis horas diarias aprovechando las más de las veces la soledad y silencio de la noche, es decir, quitándole horas al sueño.

Lo he dividido en tres partes, los inicios donde está el trabajo más creativo y donde ya se atisba el personaje, la segunda parte, la más monótona, aburrida y pesada donde ya se dan las sombras y se dibuja la vestimenta, en este caso un burdo jersey, y la tercera parte donde ya se ve el resultado final con los toques de blanco en el pelo.

Creo que no hace falta dar el nombre del personaje, es mundialmente conocido, más que el loco de las canillas al aire,  y espero que guste este nuevo medio para mí de plasmar un retrato.

!Como niño con juguete nuevo el loco Sau!!!

Muchas gracias por aguantarme.


 
 
 
 
 
 
 
 

Acabo de terminar un nuevo retrato, espero que guste.
 

 
                         Ernest Hemingway
 
 

                     
                        Saudades - 2014


miércoles, 10 de diciembre de 2014

"PUESTO YA EL PIE EN EL ESTRIBO"




En la calle del León madrileña, Cervantes lucha contra la muerte con verdadero coraje. Los síntomas más evidentes son arterioesclerosis y problemas cardiacos. Varias teorías pretenden acertar en el diagnóstico de la enfermedad que pudo más que los arcabuzazos de Lepanto y los azotes argelinos. Los físicos de la época diagnosticaron hidropesía, atendiendo al síntoma de continua sed que padecía el escritor. La enfermedad debía ser diabetes, dolencia que no fue descubierta hasta la primera mitad del siglo XX.

Lo cierto es que Cervantes, a sus sesenta y ocho años, siente que disminuyen sus fuerzas día a día, pero todavía tiene coraje para cumplir la promesa hecha al conde de Lemos de terminar los trabajos de Persiles y Segismunda que, efectivamente, acaba en las primeras semanas de marzo de 1616.

Miguel vive con su mujer y dedica su tiempo a corregir y pulir su última novela, porque presentía que esta obra era algo así como el canto del cisne. Sale poco, camina despacio y cansino por las laberínticas calles de su barrio madrileño, se reúne con gentes de letras y de la farándula, y está en contacto con su nuevo editor Villarroel. También acude con frecuencia a misa en la iglesia de las Trinitarias.

En estas jornadas, que sabía las últimas, conversa sobre todo con el escribano Martínez, dueño de la casa donde vivía. Hace balance de su vida, recuerda tiempos pasados con la natural añoranza y lee a su amigo los nuevos capítulos del Persiles, verdadera filigrana nacida de su potente imaginación. Esta novela tan rica de peripecias muestra claramente la prisa del escritor por acabarla. Acortándola ostensiblemente, la termina y comienza a redactar el prólogo.

En una carta del escritor a su benefactor, don Bernardo de Sandoval y Rojas, confiesa la proximidad del fin con estas palabras: "...pero el fin tanto arrecia que creo que acabará conmigo". Fiel a su espíritu creyente, decide profesar en la Orden Tercera de San Francisco, a la que él y su mujer ya pertenecían como simples cofrades; y un día 2 de abril, el último abril de su vida, se lleva a cabo el piadoso acto en el que intervinieron el sacerdote Francisco Martínez y su padre el escribano. En el acta que se redactó consta que "...profesó en su casa por estar enfermo el hermano Miguel de Cervantes".

Tras esta profesión que dejaría su espíritu confortado, la vida sigue pareciéndole importante y bella. En su afán de agarrarse a ella, toma la decisión de ir a Esquivias, porque si durante tantos años la villa toledana había sido el alto en el fatigoso camino de su ajetreada existencia, ahora, en su deseo de recobrar las fuerzas, es una esperanza de remedio contra el mal que le tiene esquelético y desfallecido.

Pero todo fue en vano. El viaje resultó agotador y, una vez en Esquivias, apenas pudo ver el familiar y amado paisaje de sus viñas, ni el sol vivificador de aquella primavera manchega, pues tuvo que permanecer en cama.

Regresa a Madrid y, según él mismo nos cuenta en el prólogo de Persiles, se encontró con un estudiante pardal que acompañó el ritmo de su caballería al de la de Cervantes y que, enterado del nombre de aquel caballero flaco y enfermo, enfervorizado le dedicó grandes alabanzas: "Este es el manco sano, el famoso todo, el escritor alegre y, finalmente el regocijo de las musas". Enterado también de los males que aquejaban a Miguel, diagnostica hidropesía y le aconseja no beber porque su sed no se saciará ni con "toda el agua del mar Océano que dulcemente bebiese". Cervantes es un sediento en su larga agonía, como lo fue de comprensión y justicia durante toda su vida.

El malestar aumenta. Sigue escribiendo con dificultad el prólogo de Persiles, pero la pluma se mantiene firme en la mano que traza aquellas admirables palabras: "Adiós gracias, adiós donaires, adiós regocijados amigos que yo me voy muriendo...". Se va agotando en los días siguientes. Ya ni siquiera siente sed. Quienes le rodean ven que el fin es inminente y requieren a la familia de los caseros para que el escribano Martínez redacte el testamento y su hijo el sacerdote le administre los últimos sacramentos.

Se produce una escena semejante a aquella otra que él creó poniendo en boca de Don Quijote: "Yo, señores, siento que me voy muriendo a toda prisa, dejénse burlas aparte y tráiganme un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento...".

Puestas las cosas en orden, las que atañen a esta vida y a la otra, el enfermo aún tiene fuerzas para pedir pluma y papel. Se había propuesto que su última obra llevase la dedicatoria al conde de Lemos y no está dispuesto a morir antes de hacerlo. Glosando unas coplas populares, escribe:

"Puesto ya el pie en el estribo

con las ansias de la muerte,

gran señor, ésta te escribo."

Durante toda su vida Cervantes fue un humorista y como tal se enfrentó con la muerte: "...el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan...". Efectivamente, los segundos se escapan de las manos, pero no se siente abatido; todavía no abandona la idea de escribir la continuación de La Galatea y otras obras. La dedicatoria termina con la fecha: "De Madrid a diez y nueve de abril de mil seiscientos diez y seis", y a continuación su firma, la última. Muchos años ricos en vivencias han transcurrido desde el primer nombre garabateado sobre un papel allá en Córdoba, y éste último trazado en la agonía.

No sabemos los pensamientos que cruzarán por la mente del moribundo, pero tal vez pensó en las palabras del hidalgo manchego: "Señores, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño". Nidos y pájaros soñados, ilusiones que no se han ido del todo, puesto que él esperó siempre, realidades tristes que acongojaron su vida. Todo estaba allí en los últimos momentos como estaban su mujer, su hija y su sobrina Constanza, el escribano y su hijo el sacerdote.

Cervantes es ya la misma estampa de Don Quijote. El escritor incorporado en la cama se ahoga. Es el 23 de abril de 1616; el llanto de quienes le acompañan indica que todo ha terminado. Es amortajado por los hermanos terciarios de San Francisco y emprende su último camino a manos de los cofrades de la Orden, que dejan su cara descubierta como es costumbre en dicha institución.

Francisco de Urbina dedicó "A Miguel de Cervantes, insigne y cristiano ingenio de nuestros tiempos, a quien llevaron los Terceros de San Francisco a enterrar con la cara descubierta, como a Tercero que era", el siguiente epitafio:

 

"Caminante, el peregrino

Cervantes aquí se encierra:

su cuerpo cubre la tierra,

no su nombre, que es divino.

En fin, hizo su camino;

pero su fama no es muerta,

ni sus obras, prenda cierta

de que pudo a la partida

desde ésta a la eterna vida,

ir la cara descubierta." 



Va por usted maestro de maestros.


 

jueves, 4 de diciembre de 2014

PASO A PASO dicen que se hace camino


Uno tiene cierta predilección por ese gran vasco, sobre el que el nacionalismo ha extendido un tupido velo, llamado D. Miguel de Unamuno, lo mismo le ocurre a su compadre Baroja entre otros. Y esa predilección se refleja en el retrato al pastel que le hice hace muchos años y que ya ha salido en este blog, más adelante un grabado y ayer por la tarde he terminado un retrato usando como modelo el ya comentado al pastel, he utilizado una técnica mixta, primero pirograbado quemando todo lo que se me pone por delante y terminado con acrílico blanco.

El culo inquieto del loco Sau siempre investigando (no se lo cree ni borracho) y tratando de mezclar vino tinto con blanco o la noche y el día o a la Bella que persigue por esos caminos del diablo, algún día la alcanzará pero posiblemente sea demasiado tarde.

Se ríe incluso de su sombra el tipo este que un día muy lejano encontró un nuevo juguete, la pintura en cualquiera de sus formas, menos la brocha gorda.







 Saudades – 2014




NOTA OFICIAL: De parte de la autoridad incompetente quedan prohibidas las alabanzas a la obra, por decir algo, del loco de las canillas al aire,  ¡RELECHES!!!
 
 


lunes, 1 de diciembre de 2014

HABLANDO DE TONTOS: ADÁN



 
Andaba el tonto de Adán mirando a unas musarañas que a su vez estaban mirando a un cernícalo que a su vez estaba mirando a la cernícala para ver la manera de pegarle una montadilla cuando Eva, que no podía estarse quieta y que siempre estaba tramando alguna, se acercó al árbol del bien y del peor y sin pensarlo dos veces cogió la más apetitosa de las manzanas, la serpiente se retorcía de placer viendo a Eva recogiendo el fruto prohibido y ofreciéndoselo al tonto de turno para que le pegara un muerde, cosa que hizo...  y se jodió.           

Con lo bien que estaba el Adán de los cataplines (cojoncillos en fino) sin preocuparse de nada, no pagaba a Hacienda para que otros lo despilfarraran, no pagaba Seguridad Social, no tenía que pensar en la jodía jubilación, no pagaba alquiler por el usufructo del Paraíso, no daba un palo al agua, todo le venía dado, como caído del cielo, de vez en cuando se regocijaba en el lecho con la inquieta Eva, y todo eso... se jodió.

Hoy día el Adán de los cataplines está más escurrido que la escoba de la tía Sinforosa que la tenía desgastada de tanto dar escobazos a todo el que asomaba la jeta, el pobre está en el paro, aunque eso es un decir, ya se le acabó el paro y no para de mirar para arriba a ver si le cae algo, pero sólo le cae de vez en cuando un excremento de gaviota.

Eva le ha dejado por un dirigente sindicalista que vive de puta madre, con coche oficial y secretaria y la tía todo el día con las amigas de tiendas por la milla de oro, arreglándose el moño o haciéndose las uñas en un establecimiento chino que se las dejan de colorines.

El Paraíso dicen que lo cerraron, ahora hay gente que vive en el paraíso pero son contadas las profesiones, la mejor y para la que no hace falta tener estudios ni luces es la de político, hubo un tiempo en el que los que se dedicaban al ladrillo se hacían de oro en un rato, pero eso se jodió, la burra no da para más, también es buena la profesión de banquero, ojo, no confundir con bancario, banqueros son los que administran el dinero de los demás y no existen administradores que se precien que no saquen tajada de lo administrado, luego están los descuideros, esos que como te descuides te quitan hasta las ganas de vivir, y por último existen cuatro pardillos que se dedican a trabajar para que vivan los políticos, los banqueros, los sindicatos y los descuideros, y todo, pero todo este desbarajuste se lo debemos a una mujer de cuyo nombre no quiero acordarme, pero como me acuerde lo pienso chivar.

¡La jodimos tía Paca!

 

Saudades - 2014

lunes, 24 de noviembre de 2014

NUEVOS CAMINOS


Nunca me ha gustado estancarme, me gusta descubrir formas y maneras nuevas de dar rienda suelta a lo poco que guardo dentro.

Este verano, después de concluir la exposición de pintura hice un alto en el camino, quedé un poco saciado de lienzos y colores, con el paso del tiempo me dediqué a una nueva forma de pintar, nunca antes tocada y que podría definirse como “arte menor”, me refiero al pirograbado, seguramente a algunos les sonará a chino pero es una técnica sobre plancha de madera, entre otros medios,  que consiste en quemarla con un soldador con puntas intercambiables. Así empecé de una forma autodidacta con este medio mucho más burdo que el afamado óleo, acrílico, o acuarela y pastel y otras tantas formas de plasmar una imagen.

Paso a dejaros mis nuevas obras en pirograbado, de la primera a la última y en ellas se aprecia la evolución camino a eso inexistente en el ser humano que es la perfección, en algunos le he dado toques de blanco, espero que gusten.

 
Camilo José Cela - 35x40
 
 
 
Picasso - 35x40
 
 
 
Antonio López, pintor 35x40 
 
 
 
Antoni Tápies - 35x40
 
 
 
Salvador Dalí,  35x40 
 

Otro medio que utilicé hace muchos años fue algo tan simple como un bolígrafo Bic,  al final dejo una muestra de ello.

 
Jacinto Benavente (bolígrafo Bic)
 
Saudades - 2014



sábado, 15 de noviembre de 2014

EL INGENIOSO HIDALGO... pinceladas




DONDE SE APUNTA LA AVENTURA DEL REBUZNO:

 

Coincido con don Miguel de Unamuno cuando nos dice que como humorista no hemos tenido más que a Cervantes. Y no hay nada menos humorístico que la sátira áspera, pero clara y transparente de Quevedo.

Les dejo una pincelada del más grande:

 

. . . .

No se le cocía el pan a Don Quijote, como suele decirse, hasta oír y saber las maravillas prometidas del hombre conductor de las armas. Fuele a buscar donde el ventero le había dicho que estaba, y hallóle, y díjole que en todo caso le dijese luego lo que le había de decir después, acerca de lo que le había preguntado en el camino. El hombre le respondió:

-Más despacio, y no en pie, se ha de tomar el cuento de mis maravillas: déjeme vuesa merced, señor bueno, acabar de dar recado a mi bestia; que yo le diré cosas que le admiren.

-No quede por eso -respondió Don Quijote-; que yo os ayudaré a todo. Y así lo hizo, ahechándole la cebada y limpiando el pesebre, humildad que obligó al hombre a contarle con buena voluntad lo que pedía; y sentándose en un poyo, y Don Quijote junto a él, teniendo por senado y auditorio al primo, al paje, a Sancho Panza y al ventero, comenzó a decir desta manera:

-Sabrán vuesas mercedes que en un lugar que está a cuatro leguas y media desta venta sucedió que a un regidor del, por industria y engaño de una muchacha criada suya, y esto es largo de contar, le faltó un asno, y aunque el tal regidor hizo las diligencias posibles por hallarle, no fue posible. Quince días serían pasados, según es pública voz y fama, que el asno faltaba, cuando, estando en la plaza el regidor perdidoso, otro regidor del mismo pueblo le dijo: "-Dadme albricias, compadre; que vuestro jumento ha aparecido." "-Yo os las mando, y buenas compadre -respondió el otro-; pero sepamos donde ha aparecido." "-En el monte -respondió el hallador- le ví esta mañana, sin albarda y sin aparejo alguno, y tan flaco, que era una compasión miralle.

Quísele antecoger delante de mí y traérosle; pero está ya tan montaraz y tan huraño, que cuando llegué a él, se fue huyendo [....] una traza me ha venido al pensamiento, con la cual sin duda podremos descubrir al animal; y es que yo sé rebuznar maravillosamente; y si vos sabéis algún tanto, dad el hecho por concluido." [....] Y dividiéndose los dos según el acuerdo, sucedió que casi a un mesmo tiempo rebuznaron, y cada uno engañado del rebuzno del otro, acudieron a buscarse, pensando que ya el jumento había aparecido; y en viéndose, dijo el perdidoso: "-¿Es posible compadre, que no fue mi asno el que rebuznó?" "-No fue sino yo -respondió el otro-," "-Ahora digo -dijo el dueño- que de vos a un asno, compadre, no hay ninguna diferencia, en cuanto toca al rebuznar; porque en mi vida he visto y oído cosa más propia." "-Esas alabanzas y encarecimiento -respondió el de la traza- mejor os atañen y tocan a vos que a mi, compadre; que por el Dios que me crió que podéis dar dos rebuznos de ventaja al mayor y más perito rebuznador del mundo.

Y en estas estaban los rebuznadores.

 

Saludos
 

sábado, 8 de noviembre de 2014

CATALUÑA INDEPENDIENTE





                      
Los españoles deberíamos convocar un referéndum para darle la independencia a Cataluña.

Seguro que prosperaría, y el resultado sería algo así como esto:

    Cataluña se convertiría en un Estado independiente, como es hoy Túnez o Marruecos. No pertenecería a La Unión Europea, ya que, para ello, tendría que solicitar formalmente su adhesión y cumplir con los requisitos previos; esto podría durar años. Además, España tendría que dar el visto bueno para su entrada, y, podría oponerse durante más años todavía. Tendría su moneda propia.

    Estarían separados de España y de Francia por una frontera bien definida, controlada por Aduanas, o por los antiguos fielatos, donde tendrían que pagarnos los correspondientes aranceles.

    Como no pertenecerían a la Unión Europea para conseguir cualquier mejora en sus relaciones con Europa tendrían que obtener el apoyo de España. Su moneda tendría un cambio flexible con el euro y probablemente se devaluaría con lo que, para evitar una inflación importada, tendrían que trabajar más que ahora, pagar más impuestos que ahora y ser más pobres que ahora.

    Los españoles allí residentes tendríamos pocas diferencias con el trato discriminatorio que recibimos hoy por parte del nacionalismo. Al estar en un país extranjero tendríamos que educar a nuestros hijos, como ocurre hoy, en catalán. Y si quisiéramos montar negocios, como ocurre hoy, tendríamos que hacerlo en catalán, o en chino, francés, inglés o árabe, pero nunca en español, o sea, que para nosotros los españoles habría poca diferencia con lo que nos ocurre hoy.

       Nosotros, el resto de los españoles, nos ahorraríamos todo el coste que hoy nos cuesta su Seguridad Social y sus proveedores que caso único tenemos que pagar todos los españoles como ocurre con sus farmacias, sus pensiones,  su paro, sus vacaciones, etc. Y lo mismo con lo que nos cuesta hoy mantener a los inmigrantes que ahora residen allí, que cada vez son más numerosos, sobre todo los que provienen de países árabes. Es conocido que los estafadores nacionalistas catalanes prefieren indios, pakistaníes y árabes del Magreb a los hispanoamericanos que vienen con el español bajo el brazo. Su nula visión de futuro les impide ver que dentro de no muchos años estos nacionalistas de bolsillo tendrán que poner el culo en pompa arrodillados mirando a La Meca.
        Nos ahorraríamos todo lo que hoy nos cuesta la cantidad de Diputados y Senadores catalanes que nos desprecian y que tienen los sueldos más altos de toda España. Sus viajes en primera a Madrid, sus estancias en hoteles de lujo, sus dietas, sus vacaciones, sus sueldos millonarios de por vida, sus guardaespaldas, sus comilonas, su 3% o más, sus “honorables” multimillonarios a costa del pueblo, etc.  Nos ahorraríamos los traductores que ellos nos exigen, cuando solo por buena educación deberían hablar en español, idioma en el que todos nos entendemos. También ahorraríamos en las “embajaditas” que tienen por todo el mundo. Dejaríamos de pagar a los Mozos de Escuadra que, por si no lo sabes no los paga la Generalidad, sino el Ministerio del Interior (el tonto útil), como a los Policías y a los Guardias Civiles, sólo que a estos últimos les paga mucho menos.

    Los ríos que nacen en España y luego entran en Cataluña podrían ser desviados para regar zonas secas de España, y no como ocurre ahora que hay que pedirles permiso para hacerlo así y que siempre lo deniegan. Además podríamos construir un buen pantano en el Ebro en la provincia de Zaragoza y convertir en regadío el desierto de los Monegros.
    El cava se lo pueden beber los nacionalistas, ya que tendrían que pagar impuestos a la exportación, y no olvidar que una buena parte del cava catalán se vende en el resto de España. Nosotros no tendríamos inconveniente en tomar los ricos espumosos valencianos, extremeños, castellanos o el champán francés (que con los impuestos saldría por el estilo de precio) o la buena sidra asturiana, que fresquita está de muerte, y los asturianos son unos chicos muy majos que se sienten orgullosos de haber iniciado la reconquista de España desde Covadonga.

    Si necesitaran dinero para hacer carreteras, para ampliar sus puertos y sus aeropuertos lo podrían pedir prestado a China o a algún país árabe así de paso les siguen invadiendo. Podrían tener su selección de fútbol, y el Barca jugaría la liga catalana con el Nastic, el Reus, el Tarrasa y el Sabadell, así generaría buenos ingresos para futuros fichajes. Además, ganaría siempre la liga, ya que no tendría rival. Lógicamente Messi, Neimar, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedrito, Alves, etc. buscarían equipos más competitivos en Europa, pero esto a los nacionalistas de pro no les importaría mucho, lo importante sería “sus señas de identidad”.

    Pero por encima de todo, los españoles, nos liberaríamos de una buena cantidad de gente que nos desprecia, de políticos TRILEROS que para vivir del cuento se han inventado una historia falsa y cargada de odio al resto de España.

    Será divertido verles allí macerándose en catalanismo. Y cómo, mirándose unos a otros descubrirán con asombro lo pequeños que son al no pertenecer a España y la UE y ver que su victimismo de plañideras ya no tiene razón de ser.

    Cataluña tendría entonces la dimensión que le corresponde. La de un País de paletos nacionalistas aldeanos.

Esos estafadores lo único que pretenden es seguir agotando las ubres de España, nunca separarse porque se les acabaría el chollo. Está muy claro que esa nación inventada estaría detrás de Turquía a la hora de entrar en la UE y varios países importantes podrían negarle la entrada, por aquello del mal ejemplo: Francia por Córcega,  Alemania por Baviera, Italia por el Alto Adigge y España porque no le saldría de los huevos.

¡Qué pena, Collons… que se les acabaría la gran mamarrachada de Los Països Catalans inexistentes, Cachis…!!!

Saudades - 2014

PD.- Dedicado a los inventores de nacioncitas de barro, los mal llamados nacionalistas catalanes, no al pueblo catalán al que guardo el mismo respeto que al resto de españoles, y que cuando realmente se den cuenta del abismo al que le llevan esos farsantes tal vez sea demasiado tarde para rectificar.

Pero España acoge, no expulsa todo lo que une como hacen esos falsos nacionalistas.

. . .

“Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena”

             Mahatma Gandi 
 

lunes, 3 de noviembre de 2014

UN OBSERVADOR EXTASIADO

Andrey Belichenko



Hoy corté una flor, simple adorno para una diosa con la que jugueteaba el sol y el universo quería hacer suya, ella es de todos y no es de nadie, es la sonrisa en los ojos que la observan, es el vano recuerdo de un alma enamorada, es la brisa de atardecer que te roza sin tocarte, es la canción de los pájaros y el murmullo de los ángeles, es la imagen nacida de una poesía, es el camino interminable para unos pies acostumbrados a las utopías, es el otro lado de la línea, allá donde se alberga la felicidad.

Y desde allí te observo como observo aquél cuadro en la pinacoteca que siempre me hace soñar, como observo aquella puesta de sol a la orilla del mar, como miro con asombro cada amanecer que poco a poco borra las brumas.

Observo y dibujo, observo y escribo, observo y amo, observo y guardo en el cajón de los pinceles y las cuartillas aquello que hoy, un día cualquiera, hizo estremecer mis sentimientos.

 

Saudades - 2014

lunes, 27 de octubre de 2014

QUIÉN TENGA MIEDO QUE NO SALGA DE CASA



 
Pero Niño, Almirante de Castilla a principios del siglo XV, tuvo por lema: “Quien tenga miedo, que no salga de casa”. Fue valiente, impetuoso y temerario, lo que le llevó de victoria en victoria sobre sus enemigos, principalmente los ingleses, a los que batió repetidamente por tierra y por mar.

Un siglo más tarde un acérrimo enemigo de España, Sir Walter Raleigh, no pudo dejar de alabar en su History of the World la virtud, la invencible constancia, la resistencia, la inmunidad al descorazonamiento, la fortaleza y la valentía que demostraban los españoles, generación tras generación, en las cuatro esquinas del globo.

Alonso de Contreras, el portentoso guerrero cuya biografía inspirara a Lope de Vega, afirmaba en los años iniciales del XVII que nada quedaba fuera de su alcance mientras tuviese diez dedos en las manos y ciento cincuenta españoles.

Por aquellos mismos años tuvieron lugar las trepidantes aventuras de Catalina de Erauso, quien pasaría a la Historia con el novelesco apodo de la Monja Alférez. Cuando el hispanófobo cardenal italiano Magalon, admirado de su trayectoria, le dijo que no tenía más falta que el ser española, la varonil guipuzcoana le contestó: “A mí me parece, señor, que no tengo otra cosa buena”.

Algunas décadas después, ya entrados en la decadencia, el pesimista Quevedo pudo exhortar, confiado, a Felipe IV a que con su “invencible mano” hiciera caer rotos y deshechos al “insolente Belga, el Francés, el Sueco y el Germano”.

Goethe, en los infaustos días de Carlos IV, aún recordaba en su drama Egmont que los españoles del siglo anterior estaban hechos de una pasta especial y que era mejor no tener problemas con ellos.

¿En qué consistía esa pasta que hoy nos parece cosa misteriosa? En la moral, el optimismo, la fortaleza, la confianza en sí mismos. Nada más que eso.

Los herederos en el siglo XIX de esta moral de victoria fueron los británicos. La gran literatura inglesa de las épocas victoriana y eduardina (Conan Doyle, Stevenson, Kipling) está plagada de referencias, implícitas o explícitas, a ese sentimiento de deber, de virtud, de sacrificio, de virilidad y de responsabilidad que nacía del mero hecho de pertenecer a la nación británica, pertenencia que exigía a sus hijos obligaciones mayores que a los de las demás naciones. La herencia de esa mentalidad, no del todo perdida en la Inglaterra de hoy,  es la que hace de ella una nación confiada y orgullosa de si misma, en la que no cabe imaginar complejos ni separatismos. Por el contrario, la pérdida masoquista de la mentalidad que caracterizó a los españoles durante siglos nos ha conducido a nuestro enclenque estado actual.

El poeta catalán Joaquín María Bartrina lamentábase a finales del XIX:

   “Oyendo hablar a un hombre, fácil es

   Acertar dónde vio la luz del sol:

   Si os alaba Inglaterra, es un inglés;

   Si os habla mal de Prusia, es un francés;

   Y si habla mal de España, es español”.

 

Ninguna otra nación de Europa -ni siquiera la alemana-, a pesar de las páginas oscuras que todos tienen en su historia, sufre ese complejo negador de sí misma. Todas recuerdan sus efemérides, celebran sus victorias, sus hechos memorables. Sólo aquí pedimos perdón por ellos, como en el infamante 1992.

El historiador francés Joseph Pérez ha escrito al respecto líneas sobre las que quizá se debiera reflexionar:

“Uno tiene a veces la impresión de que son los mismos españoles los que han contribuido a difundir la Leyenda Negra al insistir con excesivo masoquismo sobre determinados aspectos del pasado de su patria”

También señala este autor que en Francia, a pesar de que no se oculten los momentos más negros de su historia, a nadie se le ocurre que dichos hechos descalifiquen definitivamente a su nación.

Pues bien, esta imprescriptible crítica fue y sigue siendo uno de los principales motores de los separatismos, que con ignorancia sólo superada por su mala fe, envenenan las mentes y los corazones de los ciudadanos con un rechazo y un odio a España que casi nadie se ha atrevido a denunciar para no ser señalado por los inquisidores de lo nacionalistamente correcto.

Búsquese en Inglaterra a alguien que no sepa lo que ocurrió en Gincourt el día de San Crispín, e incluso que no pueda recitar de memoria al menos las primeras palabras de la arenga del rey Enrique, “We few, we happy few, we band of brothers”. ¿Cuántos españoles, por el contrario, serán capaces de explicar brevemente qué pasó en las Navas de Tolosa, quién venció o en qué siglo tuvo lugar? En Inglaterra todo el mundo conoce a Nelson –en Inglaterra y fuera de ella-. Y a Drake, y a Wellington, y a Cook, y a Gordon, y a Scott, y a Mallory. ¿Quién conoce en España a Blas de Lezo, a Churruca, a Oquendo, a Juan de Urbina, al Gran Capitán, a Ramón Bonifaz, a Guzmán el Bueno, a Hernán Cortés, a Orellana, a Cabeza de Vaca, a Alvaro de Bazán, a Luis de Requesens, a Barceló, a Jorge Juan, a Luis Vicente de Velasco, al Empecinado, a Alvarez de Castro, a Méndez Núñez, a los capitanes Lazaga y Eulate, a los últimos de Filipinas y a mil más? ¿Cómo se van a conocer si desde hace siglo y pico cierta y muy influyente intelectualidad decretó que la historia de España era un error y que había que olvidarla y recomenzar de cero? ¿Cómo se van a conocer si el gobierno Aznar sacó de la capital el Museo del Ejército, museo sin igual en todo el mundo y que debería ser visita obligada para todos los colegios de España puesto que en él se encuentra su historia hecha carne? ¿Cómo se van a conocer si los gobiernos, tanto de un signo como de otro, jamás han tenido el menor interés en aprovechar los medios de comunicación de masas para hacer llegar al gran público la cultura y la historia con mayúsculas? ¿Cómo se van a conocer si, mientras que en Inglaterra se enseña a los niños a recitar de memoria a Shakespeare y en la Comédie Française nunca se para de representar las obras de Molière, Racine, Hugo y Rostand, en España se ha condenado a Calderón, Lope, Tirso y Zorrilla a criar polvo en las estanterías? ¿Cómo se van a conocer si el único héroe español al que se ha dedicado una película en las últimas décadas ha sido Torrente?

Los gobernantes que durante tantas décadas se han desentendido de la esencial labor de ilustrar a los españoles sobre los principales hechos y personajes que a lo largo de la historia han forjado nuestra nación, son culpables de la ignorancia que hoy se tiene sobre lo que es España. Y los resultados se recogen en las urnas, con tanto separatista activo y tanto acomplejado pasivo, Pues para que una nación se respete a sí misma, lo primero que tiene que hacer es conocerse.

Y España no se conoce. Por eso se disuelve.

Jesús Lainz