lunes, 11 de abril de 2011

DIARIO DE UNA PALOMA

       


Día Primero:
Hoy ha sido un día pleno de nuevas sensaciones, de sentimientos que afloran y que me han hecho madurar repentinamente.
He sido expulsada del grupo por cometer el gran pecado, cuando yo desconocía que existía, mi vida ha transcurrido hasta ahora rodeada de juegos y de pequeñas trastadas de adolescencia, la última fue romper los huevos de un nido,  fue inconscientemente y sin reparar en las consecuencias. El Consejo  del grupo tomó la decisión que le ordenaba la tradición oral, mi expulsión del grupo y el destierro de por vida.
Por primera vez conocí la tristeza, vi resbalar unas lágrimas por los ojos de mi madre y sentí por primera vez la soledad, el vacío de la nada.
Me marché con el único equipaje de mis plumas para cubrirme del frío, de mis alas para volar por los cielos y de los recuerdos que me producen melancolía, al principio, y a pesar de la gran orientación que tenemos me dejé llevar por los vientos, sin rumbo porque nadie me esperaba, descubrí otros mundos, otras gentes.
Día Segundo:
Estoy en una tierra requemada y desértica, algunos la llaman África  y poco a poco cuanto más al sur la veo más verde, más poblada de vegetación. Allí moran multitud de animales que no conocía, unos seres humanos con la tez más oscura que los humanos de mis recuerdos. He conocido palabras nuevas, hambre, miseria, guerras y todo eso lo he visto con mis propios ojos, seres famélicos sin nada con que matar el hambre, seres que mataban a otros seres en guerras de exterminio, dictadores que vivían en la abundancia con el dinero que les mandaba el primer mundo, dinero que servía para su enriquecimiento y para comprar armamento  para continuar con sus guerras. He visto a niños con la tripa hinchada sin fuerzas para moverse mientras unos buitres esperaban…
Día  Tercero:
Me marché de esas tierras, no podía soportar las miserias del ser humano, decían que mientras en el primer mundo se despilfarraba en este otro mundo se necesitaba, decían que mientras unos esquilmaban los recursos de esos otros los pobres no tenían recursos ni para morir en una cama.
Día Cuarto:
Llevo demasiado tiempo volando sin parar, a mis pies sólo veo agua, un mar interminable, estoy cansada pero tengo que seguir, tengo que llegar a algún lugar con un pedazo de tierra donde posarme a descansar. No me cruzo con otras aves en el camino, me rodea la soledad, mi compañera, y sé que mientras no vea otras aves voladoras la tierra estará  muy lejana, pero mi voluntad férrea más que mis fuerzas me mantienen volando, parece como si un ángel  me diera fuerzas y me llevara encima de una alfombra voladora. Poco a poco vi otras aves y las seguí en su camino, la ilusión, otro sentimiento nuevo en mí me mantenía suspendida en el aire.
Día Quinto:
No sé si es un espejismo pero veo a lo lejos un islote plagado de acantilados, ya con las fuerzas a punto de desaparecer llego a su costa y me poso suavemente en un saliente rocoso, no siento mi cuerpo, mis alas parecen un juguete viejo e inservible, recojo velas como diría un marinero y me quedo profundamente dormida.
Día Sexto:
Me despierta asustada una lluvia torrencial, estoy empapada y agito mis alas para desentumecerme, noto hambre y levanto el vuelo en busca de alimento, apenas queda nada en esa isla donde habitan multitud de aves, sólo encuentro algún brote de arbusto que picoteo aunque no sea mi alimento, pero la necesidad hace milagros.
Día Séptimo:
Emprendo de nuevo el vuelo, eterno vuelo, todo un día volando  con el agua de compañera, poco a poco lo que parece un sueño se hace realidad y veo una gran inmensidad de tierra muy diferente a la dejada atrás, veo abundancia, veo a los humanos que viajan en multitud de aparatos que llaman vehículos, veo inmensas huertas y plantaciones de grano, veo vida.
Me poso en un árbol y descanso, necesito reponerme y dormir. Y duermo.
Día Octavo:
Levanto el vuelo, me gusta ver a mis pies inmensos campos verdes, ríos caudalosos, montañas nevadas y encuentro un lugar de ensueño, como una postal maravillosa en labios humanos y allí me dirijo.
Me reciben unas aves desconocidas, no sé ni el nombre que le damos las palomas, pero no me importa, veo que me reciben con cariño, me acogen en su grupo y me desean todas a la vez algo desconocido para mí:
¡Felicidad…!!!
No sé que responderles, no sé el significado de la palabra,  pero por sus actos comprendo que significa algo parecido a amor,  y veo que sus alimentos los comparten conmigo, veo que sus cantos y juegos son los míos, veo sus caricias a los más jóvenes, veo sus cariño a los más ancianos, veo tantas cosas tan desconocidas para mí que una lágrima me cae sin esperarla, de repente me acuerdo de mi madre, de su calor, de sus consejos, de su cariño, pero no está… pero están ellos, mi nueva familia que me dan lo que mis locuras de juventud me quitaron, me dan paz, me dan cariño, me dan amor.
. . .
Ya soy una más, posiblemente en los ropajes externos sea distinta, pero somos iguales, sentimos cariño, regalamos ilusión y miramos a los cielos, nuestro hábitat, como un enorme campo de juego, como un vergel plagado de semillas llamadas Amor.

Saudades

Dedicado a tantos solitarios que recorren la vida en busca de ese grupo de amigos que dan para no pedir.

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11 comentarios:

  1. El caso es que yo he llegado volando... y me siento entre iguales, aunque en nuestra apariencia seamos diferentes. Llego algo maltrecha, no por el viaje o tal vez sí, pero he llegado justo en el momento, justo a la hora de compartir y compruebo complacida que por aquí también prima el amor. Si es que...

    Muy bello el relato.

    Un abrazo.

    Aloe.

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  2. Este relato que nos regalas es hermoso, y l averdad es que aveces nos olvidamos de dar un poc de aquello que en ocasiones tanto necesitamos.

    Te dejo un fuerte abrazo.

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  3. Me dice la paloma que venía del frío y encontró calor que el abrazo fuerte es para es@s personas que leen a su traductor.

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  4. Me quedo absorta en las letras de tu relato, medito y algo me aprieta la garganta y me siento como esa paloma que incansablemente viaja, huyendo de dictadores, niños hambrientos, dolor de ausencia y vacíos del alma que llora, y que simplemente el amor hace que sus alas tomen fuerza para seguir su recorrido.

    No puedo evitar llorar, gracias por compartirlo, es tam hermoso...

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  5. Alborada, ya me has enfadado, no te "ajunto" como dicen los niños por acá, a LA NIÑA DE LOS OJOS de tanto ávido lector que pasa por estos pagos no le está permitido derramar una lágrima y menos por las palabras de este loco atolondrado.

    Enfadao me tienes...

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  6. Las palomas me dejan una enorme sensación de paz.
    Mis cariños.

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    1. Gracias Rayén a mi me ocurre lo mismo cuando las veo volar en libertad.

      Un abrazo,

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  7. Creía que había respondido, no lo sé, soy una despistada. Has hecho un paseo por la vida, por la realidad de las cosas. Un vuelo hermoso por una vida que no siempre lo es.

    Muchos besos.

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    1. La vida a veces tiene muchos sinsabores pero siempre hay momentos que los compensa.

      Besos,

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  8. La verdad que mis mayores felicitaciones por tu blog.... es muy especial ya no solo porque se expresan sentimientos, si no por como se expresan , con tanta finura, con un vocabulario tan selecto como oportuno .

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    1. Diana gracias por acercarte a este rincón que me ha permitido conocer el tuyo, me gusta lo que escribes.

      Besos,

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