jueves, 24 de febrero de 2011

MANEJANDO LOS HILOS

            

De profesión feriante, de pueblo en pueblo enseñando a las gentes que existen poderes ocultos que manejan a las sociedades.
Yo represento esos poderes ocultos, y muevo dos muñecos trajeados que representan a la casta política, esa tan descastada y tan falta de clase, esa donde pululan miles de trepas sin estudios y preparación pero que llegan a las cotas más altas de la política, y los llevo por donde quiero, que es lo contrario de lo que necesita el pueblo, y llevan enormes maletines cargados de dinero para comprar voluntades, para silenciar adversarios, para poco a poco hacer rebaño adormeciendo al espectador que no es otro que el pagano de siempre, el pueblo.
Les regalo multitud de cajas tontas y tragan toda la basura que les meto, y siguen a los políticos como si fueran Mesías… ¡Hay si supieran que sólo, y en su gran mayoría lo son porque no sirven para otra cosa…!

. . . .
Termina la función, el feriante recoge sus muñecos, los encierra en la maleta y se va con la música a otra parte, y allí todos felices porque comieron perdices, o lo que es lo mismo, les prometieron un mundo lo más parecido al Edén.

 Algún día despertarán pero ojalá que no sea demasiado tarde.

Saudades

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3 comentarios:

  1. Estamos a expensas de tejemanejes sin escrúpulos ..que llevan a nuestro país a pique...mientras los no culpables intentamos ir tirando...

    Un saludito Saudades.

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  2. Muy buena la foto.
    Realmente manejan los hilos de nuestra vida. Pero da igual quien esté en el gobierno, todos los mandatarios manejan a su antojo al rebaño. Todosssssssss y en todos los países. Si no miren como está el Magreb, cuando las ovejas se descarrían (las personas piden derecho y abren los ojos) se lanza al lobo para que las devore (se tiran bombas a los civiles, disparos y linchamientos) En fin que el mundo está jodido.
    Saludos

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  3. No sé muy bien por qué pero me he acordado de Pinocho.
    Algún día el pueblo romperá esos hilos, y como Pinocho, tomará vida propia, y sabrá valerse por sí mismo, sin hilos que le aten a ningún feriante sin escrúpulos, ni cerebro, ni corazón, ni ná de ná.

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