viernes, 11 de febrero de 2011

MIS TRES AMIGOS

        


Quiero presentaros a mis tres compañeros de juegos, se llaman Quirico, Panchito y Bolita, tres pollitos muy marchosos, siempre jugamos en el recreo al tú la quedas y haciendo trampas siempre la quedo yo, me gusta encontrarlos desperdigados por el jardín.
Y así pasamos el rato, luego en clase la gallina Remigia nos enseña urbanidad, matemáticas, historia de nuestros mayores gatunos y pollunos, geografía, y sobre todo nos enseña a respetar, a querer aunque no nos quieran, a ayudar al que lo necesite, a repartir lo poco o mucho que tengamos.
Yo soy un gato abandonado, a mis hermanos no los conozco y no me importa, tengo los mejores amigos del mundo, mis tres pollitos, y juntos hacemos las delicias del gallinero, somos los dueños de las miradas de todos los gallos y gallinas y nuestros juegos son la diversión de todo el mundo.
Me enseñaron algo que espero me sirva en mi edad adulta, a valorarme y al mismo tiempo a valorar todo lo que me ha sido dado, empezando por la vida, a valorar a todos los que se cruzan en mi camino porque tienen los mismos derechos y su pequeño cupo de libertad, igual que la mía, me enseñaron a no ver enemigos, sólo amigos, me enseñaron a sentirme feliz por las cosas pequeñas, esas que nos rodean y que muchas veces no les damos importancia, me enseñaron que la unión suma y que la desconfianza resta, me enseñaron que encontraré rosas pero también espinas en mi camino y sobre todo me enseñaron el significado de la palabra amor, y en esas estamos, amando a mis semejantes.
Un abrazo de este gatito aprendiz de muchas cosas y maestro de ninguna.


Saudades

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1 comentario:

  1. Ayssss Saudades, me detengo en este artículo porque me acabas de hacer retroceder en el tiempo, cuando era niña compré unos pollitos, eran de colores, (se conoce que el que los vendía los teñía), los compré muy chiquititos, y yo los cuidaba y los arropaba con una mantita chiquitita, los guardaba en una cajita, y los besaba y los acurrucaba contra mí, los crié con tanto cariño, pero luego cuando se hicieron grandotes, el que era gallo era más malo malasombra que cada vez que iba al patio se tiraba a mí como un bandido, y una vez me llegó a picar, y cuando veía que se subía encima de la gallina, como una tonta yo pensaba que la estaba maltratando y le apartaba de ella jajaajaj son cosas de la niñez, pero qué ilusión me hizo leer esta entrada me hiciste revivir mis años de niñez, gracias, Saudades.

    Un beso.

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