
Sí, me considero un animal a veces racional en peligro de extinción, y lo soy porque unos políticos prohibicionistas están empeñados en poner verjas al campo. Creo que va con la educación de cada persona el no exponer a los no fumadores a mis malos humos, y así lo he practicado regularmente, mucho antes de que estos impresentables metidos a políticos en su afán por joder al prójimo prohibieran nuestras adiciones, yo, en la oficina, en casa en la que mis ceniceros están en la terraza, o en reuniones donde estaban personas no fumadoras, no fumaba ni fumo, y si tenía que salir a un pasillo deshabitado o a la calle salía y salgo a fumar.
Puestos a prohibir ¿por qué no prohibimos a los indigentes intelectuales meterse a políticos? Aún quedan personas con una gran valía.
-¿Por qué no prohibimos a esos mismos indigentes, esos que siempre tienen en la boca la palabra paz aumenten considerablemente la venta de armas a dictaduras bananeras y a regímenes dictatoriales fundamentalistas?
-¿Por qué no prohibimos a esos mismos indigentes hablar contínuamente de derechos humanos cuando legalizan el aborto cuasi libre, para enriquecimiento de muchas clínicas rogelias y sin ningún derecho para el que menos culpa tiene, el no nacido?
-¿Por qué no prohibimos a esos nuestros representantes políticos en el Congreso y en el Senado, que bien asegurado tienen la jubilación con muy pocos años de cotización y que se la suda los casi cinco millones de desempleados y sólo siguen las órdenes de sus ayatolás?
- Puestos a prohibir prohibamos los malos ejemplos en las televisiones basura, pongamos a otros legisladores que se enfrenten de verdad a esta Arcadia en que se ha convertido España para toda el hampa del mundo mundial, prohibamos la mala educación y hagamos unos planes de estudios de verdad serios para nuestros hijos, prohibamos el buenismo que no es otra cosa que el gilipollismo y seamos conscientes que con estos ineptos metidos a políticos España ya no es España, es todo menos una auténtica democracia, es sólo una caricatura de nación.
Y como me estoy marchando por los cerros de Úbeda me calmo, me fumo un cigarro en soledad, sin molestar a nadie y me voy con la música a otra parte, y si no estás de acuerdo estás en tu derecho, faltaría más.


Saudades
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