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Salí a pasear en la tarde melancólica cubierta por algún paraguas, las calles parecían más vacías plagadas de reflejos en el suelo que pisaba, sonaba una melodía desgarrada en labios de un violín en el que unas manos expertas dibujaban figuras en las cuerdas.
Y pasó la tarde…
 Saudades |
Mmmmmm ¡¡¡que me ha sabido a poco!!!!! me he quedado con ganas de leer más, Saudades.
ResponderEliminarLa lluvia no me gusta, me parece el reflejo de la melancolía, el cielo llorando, las calles desiertas, no hay sol, aunque... ¿sabes? el otro día que tanto llovió por aquí pude apreciar desde mi ventana al arco iris, ¡qué bonito! por lo que, mirándolo desde el lado positivo, no todos los días lluviosos son tan apagados, también aparece el arco iris que da color a ese cielo lleno de nubes y de llantos.
Un beso.
María, sepa usted señora mía, que nosotros los vagabundos nos lavamos cuando llueve, que remedio, por eso es buena la lluvia para lavar nuestras miasmas.
ResponderEliminar!Ele.... y quién no diga ele..... que el cu.. .... se le pele!!!!!
Ya se acercan los enfermeros con la camisa de fuerza, no pasa nada, ocurre en las mejores familias.
Cosas del día a día.
(A petición de una lectora un día de estos lo mismo lo amplío)
Válgame Dios, con esas ele....
ResponderEliminarPero no puedo dejar de sonreir, después de sentir sobre mi rostro las gotas de lluvia, en una tarde en que la melancolía lloraba en las cuerdas de un violín...
Espero la segunda parte.
Abracitos muchos.
Alborada ¿Qué tal estás de tus cervicales?
ResponderEliminarEspero que ese cielo isleño pronto se encuentre pletórica.
Un abrazote,