YO SOY TU LOBO

Mónica Bellucci

Me esperas mientras yo ejerzo de lobo malandrín por el bosque, cada uno tiene que dar la imagen de lo que representa, aunque me quieren echar de la manada por mis buenas obras. Ayer sin ir más lejos me encuentro en lo más intrincado del bosque a una caperucita verde, y no, no me la comí como mandan las reglas, no, la cogí en mis brazos y la canté una nana, se me durmió y la llevé a casa de su abuelita que me soltó dos besos apretujaos que aún resuenan en mi cerebro.

Y vuelvo a mi lobera, y allí me está esperando la loba más impresionante que pueda imaginar un lobo chulo y más de campo que las amapolas, como yo, el Lobo Feroz Saudades, el terror de las doncellas solitarias... pero todo de boquilla,  y allí está mi Loba Glotona, siempre pidiendo guerra, siempre dispuesta a la guerra de sexos, allí está en el camasutra con los ojos en blanco, como siempre en estos casos, recordando las últimas batallas, tiempo al tiempo, me voy al baño, me ducho y limpio bien el pilinguindongo o tolón-tolón, va en gustos, me peino la melena, le doy brillo con abrillantador a esos ojazos, limpio los piños con el cepillo de raíces del campo, hago unas flexiones, levito un ratejo con el periscopio oteando el horizonte, me quito un pelo que me estorba en la canilla izquierda, tiro de perfume de “flores carnívoras”, asomo, sigue toda abierta, de un salto me cuelgo de la lámpara, me balanceo, maaaadre que bien, salto a otra lámpara, me balanceo, el periscopio apuntando, me lanzo...

Casi me dejo los piños con el cabecero, mi loba despierta del trance, me hace el boca a boca, me recupero, doy un gruñido, me contesta, se abren las compuertas de los deseos y en esas estamos, un mordisco aquí, otro más allá, caricia va, caricia viene, el cartero siempre llama dos veces (me equivoqué leches), y llega el gran momento, una hora dándole que te pego y en el silencio de la noche se escucha un:

AAAAAAAAAAAAAUUUUUUUUU.......

Es mi Loba Glotona que ha quedado satisfecha.

. . .

Así es la vida, un frenesí.

Saudades - 2013

Soñar no cuesta dinero