2.015
Enhorabuena, acaba de nacer un
niño llamado 2.015 y siempre recibimos esa ansiada llegada con besos y buenos
deseos, y cómo en Finis-Terrae, el final del camino de peregrino
quememos los ropajes del tiempo que se fue y preparémonos para empezar algo
nuevo con ILUSIÓN.
Las 12 uvas ya pertenecen al
pasado, los besos, los buenos deseos para los seres que nos rodean.... poco a
poco, ya de madrugada el silencio se apodera de la casa, mientras fuera el
sonido de la fiesta va en aumento, los cohetes, la música, los abrazos en
cualquier esquina....las luces, luces de Navidad.
Ahora mismo “ese niño recién
nacido tiene tres horas, la familia está dormida, yo, el ave solitaria, me he
escapado a mi rincón para los sentimientos
a dejar unas gotas de ilusión, una copa de esperanza y unos copos de
nieve con una palabra, amor:
Dejo aquí una experiencia
o una ficción, es lo mismo, ocurrió allá por aquél siglo XX que se fue en
cualquier ciudad, en cualquier pueblo, en cualquier parque, uno de los
protagonistas fue un loco, más conocido por el Loco Sau, un mujeriego que
de tanto disfrutar la vida ahora se la toma con tranquilidad, la disfruta desde
la calma, sentado en el sillón de los deseos imaginando mundos más felices,
ejerciendo de aprendiz de poeta, de pintor o de contador de historias, esa
especie en extinción que viven en otro mundo, en esos mundos de ilusiones y
amor tan alejados de la puñetera realidad.
Asomado al frío, en el balcón, dejo correr los pensamientos...
Y hechizado por esas nubes que el viento no deja de empujar
hacia otros cielos, me pongo ropa de abrigo y abandono el silencio de la casa
para sumergirme en la noche. Hace frío y no me importa, el bullicio de las
casas con fiesta apenas es audible para mis pensamientos, y camino, camino sin
rumbo por calles somnolientas, de vez en cuando me cruzo con parejas, camino de
alguna fiesta, mis pasos se dirigen a un pequeño parque aparentemente
solitario, y allí me encuentro con otros pasos, pasos de mujer, con ropa de
abrigo, no de fiesta, y nos miramos a los ojos y mi boca le regala una sonrisa
a su sonrisa.... ¡hola!, ¿qué tal....?, y caminamos y hablamos,
sonámbulos de la noche, lo hacemos por calles, por semáforos abiertos y no
tenemos rumbo, nos dejamos perder cuando el tiempo se para, y reímos...y
cantamos...y hablamos, y mi mano se une a la suya, que espera la mía...y no
preguntamos... sólo hablamos y hablamos, y sin darnos cuenta la ciudad se
pierde a nuestras espaldas, no importa. Nos acercamos a un río que no conocía,
a un sendero con árboles centenarios, y en un banco, en una alameda, al abrigo
de un viejo árbol mis labios besan sus labios que me besan, mi boca se endulza
con el sabor de su piel...su perfume en esta noche fría...y hacemos el amor,
apasionadamente... y son testigos las aves en las ramas...y nos miran las
estrellas, con asombro entre las nubes.
Y en esta noche que cualquier año comienza nace el amor, en un
banco, sin promesas, sin saber su nombre, y nuestros testigos duermen
plácidamente después de ver el triunfo del AMOR.... y la Luna se nos marcha,
satisfecha, para dejar su sitio al Sol.
Sin prisas nos acercamos a la ciudad, y en sus calles, en un
café cualquiera tomamos chocolate con churros...y beso sus labios que me besan,
y amo sus ojos que me aman, y sueño que en otra madrugada, por un impulso, cada
uno en su nido nos ponemos ropa de abrigo, y salimos a la noche somnolienta, y
en un pequeño parque se encuentran unos pasos de hombre con unos pasos de mujer....
¡Hola...!, ¿qué tal...?
II
Asomado al frío de la mañana en el balcón, en una casa y una
ciudad que duermen, miro a la calle, miro al horizonte indefinido, a algún
lugar donde sólo sé qué esta noche he vivido.
¡FELIZ AÑO!!!
Saudades – 2015
PD.- Muchas
Navidades han pasado desde que fueron escritas estas pequeñas vivencias, o
sueños, quién sabe.
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