Estuve allí una vez, era un planeta pequeño, más que la Tierra, y tenía vida como el nuestro, de una manera distinta pero eran tan humanos que nosotros parecemos humanoides, estamos aún en la Edad Media.
Allí no existían los partidos políticos ni los profesionales de la política, existían personas elegidos por el pueblo para dedicarse al bienestar del pueblo, sólo vivían para el pueblo, no como ocurre aquí que viven a espaldas del pueblo y muchas veces para oprimirle y para privarles de libertad, allí no existían ricos y pobres, existían personas, y cada persona trabajaba en lo que le gustaba, unos trabajaban la tierra y de su sudor que regaba los surcos sacaban para vivir sin preocupaciones, no como aquí ocurre que de su sudor viven muchos vampiros mientras él poco a poco se consume en la pobreza, allí cada cual utilizaba la libertad que la sociedad le regalaba para ayudar, para compartir, no para oprimir y pisar como ocurre aquí.
Allí no existía la palabra guerra por desconocida, no existían las armas ni tantos y tantos zánganos como tenemos que mantener aquí, juntaletras para escribir como Historia lo que nunca ocurrió, sindicatos, trepas de partidos, analfabetos funcionales a un cargo pegados, vagos y maleantes, trepadores y mastuerzos, tragasueldos, tragacargos, tragaperras, tragaldabas, plancha levitas y lameculos, tramposos , trapisondistas, trileros, robaperas y descuideros, alfombrillas de prebostes, esquiroles y liberados sindicales, cientos de miles de vividores de nuestros impuestos.
Allí, en ese planeta más allá de las estrellas no existe el hambre ni la envidia, existe la luz en las miradas, existen las manos que ayudan y las palabras que sirven para acariciar.
...
Aquí... lo nuestro no tiene arreglo.
Saudades |
Quiero hacer de este rincón un puerto al abrigo de las tempestades que nos rodean, para los sentimientos que nacen del alma, para el humor a veces tan necesario y para todo lo que a nuestro alrededor de una o de otra forma nos afecta. Quiero aclarar que las fotos que ilustran los artículos en su mayoria no son mías, si algún autor así me lo indica, las retiro. Saudades
sábado, 30 de abril de 2011
ESTUVE ALLÍ
PASEANDO CON SOLEDAD
Autor: Rob Hefferan
Caminaba los senderos del vacío, mi compañera tenía nombre de mujer, Soledad.
Y me acostumbré a ella, fiel guardiana, y caminamos por la vida sin una meta, metas no existían.
Y allí estaban los horizontes sin mirarlos, y ya las ausencias no dolían, eran pasado, lejos del presente.
Y sin mirar, y sin buscar, allí estabas, irradiabas luz, y fuiste la estrella que me guiaba.
Y vi a mi compañera, la soledad que se revolvía, y luchaba con fuerzas porque me perdía.
Bien sabía que no, que eras un sueño para el caminante de los senderos del vacío, inalcanzable...
Saudades |
jueves, 28 de abril de 2011
EL SUEÑO
Di Li Feng
Duermes en mi refugio
y te llevo por los senderos,
allá donde nos empuja el viento
y se aparta el aire y te da paso
en tu mundo de sueños.
Duermes, y vuelas en libertad
y surcas los mares cual velero
y surcas los aires cual paloma
y eres como una nube viajera
que acaricia, que besa y abraza.
…
Duermes…
Saudades |
miércoles, 27 de abril de 2011
UNA FLOR
Autor: Guan Zeju
Me llamaban los cantos de los pájaros, allí estabas como una flor más, pero no, eras la flor, las demás sólo adornos para tu cuerpo.
La brisa movía el velo y flotaban aromas de tu cuerpo.
Me senté a admirar la belleza y en un cuaderno tracé las líneas de tu cuerpo, con sus sombras y todo plagado de primavera. Te sentaste a mi lado y acaricié tu cara y tus manos y con mis brazos rodee todo el universo que encierras.
El sol se quería marchar, nos quería dejar en la penumbra de la noche, la luna pedía paso para ser compañera, las aves volvían de sus vuelos por esos cielos y nos dejaron su melodía. Se abrieron los cielos a las estrellas y las estrellas se abrieron a tu cuerpo, y la noche susurraba contigo en mis brazos, allí acurrucada.
Así es la vida... un frenesí.
Saudades |
martes, 26 de abril de 2011
ENTRE RONQUIDOS
Advertencia a los despistados entre los que me encuentro, es primavera, ¡he dicho!, salgo de casa, me voy para allá, allá veo el campo, en el campo veo prados, en los prados veo hierba fresquita, en la hierba fresquita me tumbo, así es Facundo, me mira el sol, yo a él ni puto caso, media vuelta, me quedo traspuesto, ronquidos escuchan los pajarillos, ronquidos se extienden por todo el valle.
¡Maaaadre que bien estoy!, estoy soñando, entre ronquido y ronquido veo una flor, es la flor más hermosa que jamás soñé, la veo acercarse (en el sueño, se entiende) me mira, me roza el trasero con sus lindos piececillos, despierto, se me ponen los ojazos como platos, más ojazos. Pues va a ser verdad, allí esta mi flor de pitiminí. Si es que no hay nada como soñar.
¡Marchando una de ojazos....!, ¡Oído cocina......!!!
Le cedo el sitio y me tumbo a su lado, al lado de mi flor de pitiminí, jugamos al veo veo, me gana, jugamos al corre, corre que te pillo, me pilla, jugamos a las prendas, pierdo la camisa, pierdo los pantalones, pierdo la gorrilla, pierdo los calzones de andar por casa, pierdo la vergüenza, (no bórralo), nunca he sentido vergüenza ni sé de qué va.
¡Y mírale... allí está... con el tolón tolón al aire...!!!
Vamos, vamos, mira que a quién se lo cuente...
Así es la vida... un frenesí.
Saudades |
LLUEVE
domingo, 24 de abril de 2011
A LA LUNA
Cuántos recuerdos, cuántas noches sintiendo el magnetismo de tu mirada, cuantos silencios a la orilla del mar que te mira, cuantas olas que dejan espuma en la arena y se apagan.
Es tu noche amiga de las estrellas, compañera de rasgueos de guitarra alrededor de un fuego en la arena, la que mira con cariño a las parejas que en la noche se aman, la que guiña un ojo a los niños cuando te despiden allá desde la ventana.
...
Compañera de paseos en la madrugada...
Saudades |
EL TREN DE LOS NIÑOS
¡Viajeros al tren.....!!!!
Decía el revisor a los últimos niños cargados con su mochila. Poco a poco el tren abandonó la estación y la ciudad y tomó un rumbo desconocido, no necesitaba vías, volaba por encima de las ciudades y los campos.
Los niños estaban felices, muy felices, les esperaba la mayor aventura de su corta vida montados en el tren que los llevaría al País de la Ilusión, país habitado por los niños que nunca serían mayores, era el pueblo de la eterna niñez, el pueblo de las risas y los juegos, allí todos esperaban expectantes a los nuevos compañeros de juegos y aventuras y tenían preparada una gran fiesta.
Por fin llegó volando por los cielos el tren, fueron recibidos con cohetes, risas, golosinas y mucha ILUSIÓN.
La fiesta duró lo que dura la eternidad de la eterna niñez, los juegos no acababan nunca, las risas no terminaban, los juguetes se reinventaban y el sol nunca se apagaba.
Y siempre fueron niños, y nunca supieron que existía el hambre, que existían guerras, que después de la vida venía ...
Saudades |
sábado, 23 de abril de 2011
AQUÉL PRIMER AMOR
Fue en esos años de mucha ignorancia y una gran timidez, eran otros tiempos, ahora con esa edad, 16 años, muchos jóvenes ya están de vuelta de muchas cosas. Yo aún estaba por empezar y fue la primera mujer a la que amé. Me recordó ayer por teléfono algunas cosas olvidadas por la distancia, me decía que por las mañanas la esperaba a la puerta de su casa para acompañarla al colegio, y la llevaba sus libros junto a los míos y ella era la mujer más feliz del mundo, después yo me marchaba corriendo a mis clases, me recordó su felicidad cuando en el cine la cogía la mano, esas pequeñas cosas de la adolescencia inocente.
Esto ocurría en una pequeña ciudad con piedras milenarias, después la distancia nos separó y la inocencia se fue perdiendo, aparecieron muchas mujeres, algunas a las que amé profundamente y aún hoy conservan un rescoldo por aquí dentro, y también está el suyo, la primera, pasan los años y seguimos conservando una gran amistad.
Ayer me dijo algo que nunca me han dicho y que no sé si merezco:
“Realmente he vibrado de amor cuando he tenido a mis dos hijos y cuando me invitaste a aquél baile de Fin de Curso y bailamos sintiendo el roce de tu cuerpo, o sintiendo tu mano junto a la mía en aquél cine”.
La sencillez de lo importante.
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Estas palabras son un pequeño homenaje a ese primer amor, a la inocencia en otros tiempos, a tantas mujeres y hombres que guardan en su memoria aquel primer paso por ese complicado mundo de los sentimientos.
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Saudades y... |
viernes, 22 de abril de 2011
DOS CIELOS
Así estabais, en la contemplación mutua, y las flores miraban al cielo y a ti, un trío, y la naturaleza se confabulaba para regalarte brisas, cantos de pajarillos, vuelos de mariposas. Una se posó en una flor a tu lado, y te miraba y en su mundo sonreía, la acariciaste con los ojos y en tus labios también sonreías.
La tarde corría mientras tú vivías en comunión con la madre tierra, y la sentías palpitar bajo la hierba.
Dos cielos se miraban...
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Saudades |
ESTUDIO SOBRE LAS CURVAS
Estaba ensimismado mirando al cielo y las nubes cuando pasó a mi lado un perfume inconfundible, me traía recuerdos a prados en primavera, a flores, a carretera de montaña con muchas curvas.
Era eso, las curvas, y me puse a pensar en el ingeniero de caminos capaz de crear con tanta precisión esas curvas que sólo con su visión me tienen derretido como témpano perdido en el desierto del Sahara, y me puse a pensar en cuantas y en qué lugar, en aquellos promontorios desde los que divisar el cielo mientras los acaricias.
Y soy alpinista, soy andariego de las curvas de tu cuerpo, y soy de profesión “acariciador”, soy el velero que surca los mares de tu cuerpo.
Un descanso, te miro, te vuelvo a mirar, te siento, te vuelvo a sentir, te deseo, te vuelvo a desear... y tu cuerpo se une en una batalla de besos al de este admirador de todo lo que está dentro de tí.
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Amanecen dos cuerpos, unidos...
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Saudades |
jueves, 21 de abril de 2011
EL MAR COMO FONDO
Autor: Dmitriy Kalyuzhny
Escucho tu sonido en las olas, escucho a las gaviotas y las veo hacer sus picados, veo el azul que me manda el cielo mezclado con ese otro azul del mar, veo apaciblemente la tarde pasar y escucho la melodía que derrama la música y veo la melodía y la armonía de tu cuerpo.
Y vendrá y se irá el mar con sus mareas y nos mandará sus olores a algas y profundidades y vendrá la noche y en el silencio de sus sonidos veremos la noche pasar, y abrazados a la vida y a nuestros cuerpos veremos henchidas las velas de nuestros deseos, y tú, mar, escucharás jadeos muy cerca de tu orilla, y tú, mar, verás el sol de amanecida, y nosotros, veremos renovarse cada día, veremos las conchas que nos dejas en la orilla, veremos reflejos en tus aguas, veremos plata y luz, azul y cielo.
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Saudades |
JINETE DEL ALBA
Contaban los trovadores
que cada mañana al alba
un jinete recorría
los caminos de su patria.
Al cuello llevaba un pañuelo
fue un regalo de una dama
y cada día la sentía...
la llevaba muy dentro del alma.
Está cercana el alba, tienen que partir, el aire es frío y húmedo pero jinete y caballo están acostumbrados a la intemperie y a la vida en soledad que se han impuesto.
Sólo una mirada a lo que dejan, es un trozo de tierra más, un campamento arropados por la luna. Se ve en el horizonte una cadena de montañas y el jinete se acerca a su protección para seguir camino sin hacer camino, para seguir la vida viviendo con un pensamiento, con un sentimiento en su alma, con una mujer que apareció en su vida y un día se fue para no volver.
Y él se marchó, dejó todo y se marchó a las soledades de los caminos, a soñar mirando a las nubes a vivir como una parte más de esa naturaleza, como ese árbol que en primavera despierta, y él se marchó a cantarle a la luna y las estrellas, a cantarle al mirlo, al ruiseñor y la alondra, a cantarle a los ríos que bajando de las montañas le daban aguas cristalinas que amaba, amaba a la inmensidad del mundo, amaba a ella.
...
...
Y amando se hicieron viejos los caminos, y cuentan los trovadores que un día se fueron jinete y caballo, se fueron para no volver.
Y cuentan los trovadores, y no paran de contar, que en ese cielo estrellado que a él tanto le cuidó, nacieron dos luceros, unidos en la inmensidad.
Saudades |
martes, 19 de abril de 2011
BALADA DE UN GORRIÓN
Autor: Guan Zeju
Hace sol y penetra la luz por el ventanal, él, acostumbrado a pasearse por la habitación entra a saludar a su amiga y le cuenta una leyenda de gorriones que dice así:
“Erase una vez, allá en el País de los Gorriones que nacieron dos pajarillos, un gorrión hembra y un gorrión macho, y como hermanos se quisieron toda su vida.
Tuvieron que emigrar al País de los Sentimientos, así lo mandaba la tradición, y esa tradición decía que allí las enseñanzas les colmarían.
Y claro que aprendieron, aprendieron que en cualquier rincón brotaban manantiales, unos cargados de Ilusión y todos cargados de Amor. Aprendieron que todo lo que tenían era para dar, y regalaban lo único que podían dar: la música de sus cantos.
Y el gorrión, al lado de su casa en la arboleda tenía una amiga, una amiga que cada mañana le esperaba con las ventanas abiertas, esperaba el arrullo de sus canciones, esperaba el aleteo de sus alas y esperaba sus caricias cuando suavemente se posaba en su mano.
Y el gorrión la amaba, la amaba como a todo lo que le rodeaba, amaba las palabras dulces cuando le hablaba, amaba la delicadeza como le acariciaba, amaba sus silencios cuando le miraba.
Un día la ventana se cerró y no se volvió a abrir más, su amiga del alma se fue muy lejos, al País del Olvido empujada por su amo, ella tenía amo cosa que él no entendía, como no entendía su falta de libertad. Él, que nació libre para volar no podía entender que un hombre privara de su libertad a su amiga del alma”
...
Volvió con su hermana al País de los Gorriones y allí repartió sus enseñanzas y ya nunca pudo olvidar la ventana, sus arrullos y las caricias de su amada.
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Saudades |
LA PRIMAVERA
Autor: Guan Zeju
Se escuchaban los cantos de la primavera mezclados con el sonido de la fuente, el color llenaba tus ojos como esos pétalos que crecen camino de la luz.
Allí estaba majestuosa como el mejor decorado para tu presencia.
Y la vida corría alocada en pos tuyo, tú la fuente, tú la belleza.
Saudades
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lunes, 18 de abril de 2011
!OJO, MUERDE!
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jueves, 14 de abril de 2011
ME ESTÁ MIRANDO LA LUNA
Me está mirando la luna
algo le marchita el alma,
una pena la atenaza
y le hace daño en la garganta,
veo lágrimas en su cara,
veo aguijones que sangran
veo escondida su cara.
Por su cara de Princesa,
por su alegría de siempre
que no daría este pobre
que vive por la luz que me regala,
!levanta, corre, sonríe,
reparte ilusiones como me dabas...!
. . .
Me está mirando la luna.
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Saudades |
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