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 Me gusta tenderme sobre el césped, boca arriba, respirar tranquilo y sentir como me relajo y descanso sobre el planeta que me sostiene; sentir lo grande que es el mundo por debajo del suelo, confiarle el peso de mi cuerpo y todo el peso acumulado en mi vida, y dejar que la fuerza de la gravedad lo atraiga hacia el centro. El sentimiento de protección, apoyo y seguridad que nos da el hogar terrestre reconforta y nos hace no sentirnos solos. Andar descalzo sobre la arena, el césped o la tierra, escuchar el agua de los ríos, las olas del mar acariciando los acantilados, pasear por un bosque, contemplar los valles y las cumbres.
Saudades
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Plenitud, admiración y respeto hacia la naturaleza. Se respira verde. Saludos.
ResponderEliminarLa inmensa paz que nos trasmite todo aquello que nos mira silenciosamente, que nos inspira un poema y nos acuna libremente, se lo debemos a la madre naturaleza.
ResponderEliminarBien merecido homenaje a ella.
Es nuestro hogar, ese bien tan preciado, como es la naturaleza, que muchas veces no sabemos mimarlo como bien se merece, y tantas veces protesta y ruge enfurecida, con esos terremotos tan desgarradores que azotan al mundo.
ResponderEliminarSaber apreciar y valorar todo lo que nos ha regalado la vida y que tanto valor tiene, como es la propia naturaleza, es algo de lo que deberíamos sentirnos orgullosos y felices.
Sentir que nuestros pies son acariciados por la fina arena del mar, sentir en nuestras pieles las caricias de las olas del mar, oxigenarnos de la naturaleza, contemplar esas flores que brotan entre los prados, ¿y por qué no? incluso, escalar montañas, andar por los valles...
Gracias por regalarnos en esta entrada: naturaleza viva y sentida.
Imagen y Letras: ARMONIA Y PAZ.
ResponderEliminarHermosa entrada.
Que hermosa entrada, la verdad es que me quedo sin palabras.
ResponderEliminarMe has inundado de una inmensa paz.
Un fuerte abrazo.
Conectar con la naturaleza es fundirse con el origen y el fin de la
ResponderEliminaresencia de cada ser.
Es como volver a nacer otra vez.
Un abrazo.
Me inundan los recuerdos de montañas, de senderos, de riachuelos, de ruiseñores y ocasos, y sigo mi camino en mitad de mi casa, la Madre Tierra.
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