MIRANDO A LA NOCHE

Estoy mirando a través de los cristales, veo la noche, coches, viandantes y mirones en los escaparates, veo luces en otros ventanales, veo un cielo plagado de estrellas, veo reflejado el ambiente de la habitación, los libros que abarrotan las estanterías, las letras voladoras que se desprenden de ellos, las vivencias escondidas en sus páginas, el amor que los ha creado, veo fotografías y los cuadros que he pintado, veo la mesa donde siempre escribo, donde me aíslo en una pompa con  sabor a tinta y folio, a cuartilla y apunte, a poema y  amor, veo las ausencias y los vacíos, las pisadas en la alfombra.

Escucho la música y vuelo, miro el teclado sin saber que escribir,  no tengo guiones y  dejo que las palabras vuelen por los espacios del corazón, por el mundo interior que tiene mucho que ver con la noche, con la dama que busca clientes en el frío, con el cliente que busca placer en la dama, con la barra del bar que sujeta al borracho, con el borracho que cuenta historias para dormitar, con el solitario que sueña en un mundo sin soledades, con el habitante de un frío banco en cualquier parque con un techo de cartón, con el que de pedir  hace un arte en cualquier anteiglesia, con el viejo olor a siglos de las callejas y plazuelas en nuestros pueblos y ciudades.

Escucho el torbellino del mundo en movimiento,  la luna vigilante como un faro en el cielo, las estrellas infinitas que vemos y las que no vemos, las que fueron y las que aún no son… escucho los pálpitos del corazón, escucho como me dice ¡adelante!  en ese camino que compartimos, en esa sonrisa que damos, en esa mano que ofrecemos…

Noche de luna en las calles desiertas, noche de sueños en la almohada, noche de amor en la mirada, noche para vivirla sin perderte ni un momento…

Saudades