DE PASEO CON LAS NINFAS

Me pide el cuerpo paseo y allá que me llevé a las ninfas a dar una vuelta en mi nube, ahora que el otoño está en su apogeo sobrevolamos los acantilados que nos despedían con las olas rompiendo contra ellos, el aire les acariciaba el rostro como besos y ellas felices de volar por encima de su mundo conocido, y que ahora veían empequeñecido e inmenso en sus horizontes que se alejaban sin dejarnos distinguir el final.

Las otras nubes viajeras nos saludaban y nos dejaban gotas de rocío con sabores a otros cielos, ellas se abrazan a mí como con miedo a que la nube se rompiera en mil pedazos, pero no saben que la nube forma parte de mí, es el aliento de mi alma que me lleva en sueños por mundos apenas recorridos, por rincones apenas hollados por la mano del hombre, por sentimientos que poco a poco apaga nuestra vida cargada de prisas, ellas sintieron la armonía del universo y sintieron en su alma sensaciones nuevas, la calma, la paz, ese sueño que te transporta a otros mundos donde reina la belleza, y abrazados cada vez con más fuerza soñamos los tres en ese mundo inventado para los que del sueño hacen realidad, para los que caminan por la vida mirando más allá de lo que la vista alcanza, y una música de viento acompañó nuestro viaje, allá en el cielo, compañero de las estrellas.

Saudades