NOS VAMOS DE AVENTURAS

Me relincha el cuatro patas, señal inequívoca de que nos toca emprender una aventurilla de nada, de esas en las que nos perdemos por esos mundos donde nos espera algún que otro monumento, me repeino el flequillo, esos tres pelos que no me dejan ver a dos metros.

 ¡Quién se ha reído , coño!!!

Me visto cual macho en celo a punto de salir al mundo, ensillo a Stradivarius, ansioso por salir de la comuna y abandonar por unos días a su yegua, la cual no le deja ni a sol ni a sombra, el pobre no para de montarla, mis ninfas me despiden con pétalos de flores, las pobres, no saben con quién se la están jugando, con el aventurero más famoso de la comuna, no hay otro no te digo, partimos al alba todo presuroso Stradivarius mientras el jinete va dando saltos de alegría en la silla, nos dirigimos pallí pallá, a cualquier sitio, nuestro destino está escrito en el horizonte, en las estrellas, en los cruces de caminos, en los mojones, en las fuentes que sacian nuestra sed.

A lo lejos, según miras para allí vemos unas mozas casaderas que van con el cantarillo a la fuente, nos acercamos, las saludamos, nos miran risueñas, nos ofrecemos (a indicación de Stradivarius que es el listo) a llevarles los cantarillos a la grupa de vuelta a casa, yo, el ser que no piensa, prefería llevar a las mozas a la grupa y los cantarillos que volvieran andando, no te jode el listo, me bajo del cuadrúpedo y me acerco a la fuente mientras ellas cantan canciones de amor, saco la guitarra eléctrica, la conecto a las orejas de Stradivarius y las acompaño con mi ruido más que música, ellas se tapan las orejas como está mandao en estos conciertos que doy de tarde en tarde, desconecto el invento, guardo la guitarra, enciendo un cigarrillo, me salen aros de cebolla, perdón, de humo, las nenas me miran con curiosidad, como diciendo ¿de qué planeta habrá salido este pelenguendanga? Y leyendo sus pensamientos las digo que vengo del planeta Amor, donde reina la belleza, el cariño, la comprensión. Me miran de arriba abajo como diciendo ¿Y esto es belleza?, no, no es belleza, no, soy el garbanzo negro del planeta por eso me han mandado a conquistar terrícolas, ya tengo conquistadas tres ninfas, tres, de las mejores familias terrícolas y las ofrezco mi mano, mi corazón y mi comuna para compartir la vida en dulce admiración a la naturaleza, les digo que ya tengo siete churumbeles correteando por la comuna, una fragoneta y un caballo cuerdo, al que no le dan cuerda es a mi, pero eso a quién le importa, Releches.

Ni cantarillo ni ná de ná, se apuntan dos mozas fermosas a emprender una nueva vida al lado de este cero a la izquierda, de este poeta muerto, de esta nube que las ciega.

Felices se ve por el horizonte a un caballo, encima dos cielos y una nube, yo, todos felices porque todo crece, a mi también, crece la comuna, crecen las bocas que alimentar con mi boquita, crece el trabajo, todas para uno y uno disfrutando que de eso se trata. Anochece cuando entramos triunfantes en la comuna, nos reciben con los brazos abiertos las tres ninfas, bajo con cuidado a las dos nuevas niñas de mis ojazos, salto con ímpetu, tanto ímpetu que caigo de morros, pasa incluso en las mejores familias, nariz rota, es lo que tiene ser un aventurero, estás expuesto a un sinfín de peligros, te acechan en cada esquina, pero tengo allí diez delicadas manos que me llenan de caricias y mimos, se me levanta, no, no es la nariz, me arrullan y me duermo un ratejo, son tantas las emociones vividas.

Stradivarius