Daniel F. Gerhartz
Cuenta la leyenda que hace muchos años, muchos, vivía en una aldea una joven pobre, muy pobre, trabajaba desde que clareaba el día hasta que la noche ya era avanzada, y todo para llevar algo de comida a sus padres ya viejitos.
Ella no sabía de descansos ni de diversiones, nunca había tenido edad para los juegos con otras niñas, y todas las noches caía rendida en su camastro, no sabía lo que era soñar pues su mundo conocido era tan pequeño que sus sueños despierta no eran muy distintos de su vida real.
Un buen día, mientras ella trabajaba afanosamente en su huerta acertó a pasar por allí un caballo con un bulto arriba, el caballo se llamaba Stradivarius y el bulto resulto ser un jinete que paró en seco su montura al ver la belleza de la joven, y se quedó prendado de ella, la saludó y quiso ayudarla en su dura tarea, ella que no estaba acostumbrada a los desconocidos al principio se quedó azorada sin saber qué hacer, pero él no le dio tiempo a reaccionar, cogió la azada que ella sostenía y cavó con fuerza inusitada toda la huerta, ella agradecida le dejó una sonrisa y le invitó a su humilde casa donde la esperaban sus padres.
Allí fue recibido con cariño y le invitaron a compartir lo poco que tenían que para él, un vagabundo errante era mucho, y más con el calor que se respiraba en esa casa.
Ya no quiso marcharse de allí, y no se marchó, empezó una vida para él nunca soñada, sus manos tenían otras manos para acariciar, tenía unos ojos a los que mirar, y cuenta la leyenda que aquél vagabundo a un caballo subido en aquél pequeño rincón encontró algo muy difícil, algo que tiene por nombre felicidad.
Ella ahora ya sabía qué era soñar, qué era vivir, que era amar y empezó a amar a la vida tanto como a él.
Saudades
PD.- Y colorín colorado este cuento me he inventado…
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Quiero hacer de este rincón un puerto al abrigo de las tempestades que nos rodean, para los sentimientos que nacen del alma, para el humor a veces tan necesario y para todo lo que a nuestro alrededor de una o de otra forma nos afecta. Quiero aclarar que las fotos que ilustran los artículos en su mayoria no son mías, si algún autor así me lo indica, las retiro. Saudades
viernes, 10 de febrero de 2012
CUENTA LA LEYENDA...
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Hermoso cuento que deja mucha esperanza en los corazones... tienes una manera especial de relatar la vida como quieras que lo hagas... en la fantasia, en la realidad, en tus sueños. Saudade me hece muy bien leerte, me llena el alma de esperanzas.
ResponderEliminarUn abrazo enorme para ti mi principe de las letras.
Bonito cuento, y además muy original, a pesar de los lugares en común con los de toda la vida, ya sabes las princesitas salvadas por los príncipes, en este caso, no queda claro quién salvó a quién, más bien creo que la salvación fue mútua, y eso, me gusta.
ResponderEliminarBesos
Siempre hay un roto para un descosido, y aunque lo de tener una mano para acariciar parezca un tópico, un día que me ví en la cama de un hospital hace unos meses, cuando parecía perder el conocimiento, mi mujer me cogía de la mano, y cuando me soltaba, me daba la sensación de caer al vacío, nunca me había pasado.
ResponderEliminarQué hermoso cuento, Ricardo, como todo lo que tú relatas... es un tópico contado de otra manera, a tu manera. Me gusta mucho leerte.
ResponderEliminarGracias por compartirlo. Un saludo,
...y colorín colorado una maravilla nos has regalado!
ResponderEliminarBello leerte como siempre, un abrazo y bonito fin de semana!
Un bello cuento, lástima que no estoy en la camita escuchándolo sino de seguro tendría hermosos sueños, como cuando era una niña, (y de eso no han pasado muchos años? ¿o si?. ^_^ bueno vamos a dejar un tupido velo.
ResponderEliminarUn besote amigo mio, y pasa un lindo fin de semana en tu nube.
Es uno de esos cuentos que tanto nos gustaban-a mí me siguen gustando-con final feliz,felicísimo.
ResponderEliminarA nadie le amarga un dulce y menos en esta época terrible por la que estamos atravesando en todos los niveles.
Gracias por el paréntesis dulce y ensoñador.
Besos.
Sau...
ResponderEliminarTus cuentos e historias siempre logran hacer soñar.
Qué sería de nosotros sin los sueños, verdad?
Besitos multicolores hasta tu nube y lindo fin de semana!!!
Que bonito ,
ResponderEliminarQué hermoso el poder quedarse justo adonde descubres el amor!!
ResponderEliminarUn cuento lindo, con esos finales que dejan un buen sabor en la boca luego de los finales a los que ahora nos tienen acostumbrados.
A partir de mañana juntaré zapallitos en mi jardín por si veo pasar algún jinete.
Y colorín colorado este comentario se ha acabado….
(Pero faltaba el beso, sí señor)
Con lo difícil que es encontrar la felicidad y éste va y acierta a la primera... vaya.
ResponderEliminarBonito cuento, Saudades.
Besos.
Es bueno soñar a veces con aquello que hubiéramos deseado fuera este mundo.
ResponderEliminarUn beso
Sauda, me alegra saber que por fin has sentado la cabeza. Jaja!
ResponderEliminarUn cuento como deben ser los cuentos. Con final feliz.
Besos
Me gustan los cuentos en los que no hay principes ni princesa sino gente de carne y hueso y un caballo que si pudiera hablar... no callaria en la vida.
ResponderEliminarUn cuento muy tierno que nos dice que todo es posible y que cuando dos almas vibran en la misma sintonia son eternamente felices.Un bessito