Hubo un tiempo en que los hombres se olvidaron de los hombres y aspiraron a conquistar el cielo, esa geografía invisible donde habita Dios, concibiendo una torre que desafiara las leyes de la modestia. Aquella empresa no alcanzó su objetivo: Dios descargó su ira sobre los hombres que la habían concebido, y redujo a ruinas la torre de Babel, castigando a sus artífices a una eterna condena de incomprensión. Desde entonces, la historia de los hombres ha discurrido indisolublemente unida a los escombros de esa torre. Algunos, desengañados por aquél fracaso, decidieron encerrarse en sí mismos, en un ejercicio de egoísmo o temor a lo desconocido, y aprovecharon los cascotes de la torre para erigir murallas que los aislaran del exterior, hileras de piedras que actuaron como frontera frente al aire que respiraban sus vecinos.
Ojalá algún día decidamos no elevar más murallas y combatir el recuerdo de Babel con infinitos puentes que nos unan. . . . Dedicado a tanto nacionalismo falsario. |
Quiero hacer de este rincón un puerto al abrigo de las tempestades que nos rodean, para los sentimientos que nacen del alma, para el humor a veces tan necesario y para todo lo que a nuestro alrededor de una o de otra forma nos afecta. Quiero aclarar que las fotos que ilustran los artículos en su mayoria no son mías, si algún autor así me lo indica, las retiro. Saudades
lunes, 28 de mayo de 2012
¿ALDEANISMO? ... NO GRACIAS
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Un escrito certero, aunque la política a mi plim, tengo que decir que los muros separan, las banderas y las ideologías, religiones y demás historias. Que con respeto el uno por el otro teniendo tus propias creencias se puede convivir bien. Esto lo trajo el poder, esos seres superiores que un día como los demás dejaran de existir, pero hasta entonces estaremos soportando este Babel.
ResponderEliminarBesitos con mi cariño siempre amigo mío, pasa una linda semana.
Babel¡ ajá¡ por eso me llevo yo tan mal, con el idioma del inglés.
ResponderEliminarEn serio, me ha gustado mucho tu entrada.Muy buena.
Bess
Sintonizo totalmente con tu texto, siempre he tenido un planteamiento cosmopolita, me siento ciudadana del mundo y me horrorizan las barreras impuestas por esencialismos y sentimentalismos trasnochados que imponen separaciones, rencores y odios por haber nacido aquí o allí, hablar una u otra lengua, tener un color u otro.
ResponderEliminarVivo en un lugar donde mantener esta posición no es fácil, pero la tengo clara. Igual me resulta odioso un nacionalismo que el vecino y eso es difícil de entender para la gente que sólo se define a partir de él.
Felicidades, querido!! Y un beso.
Esta entrada me ha gustado mucho Sau, porque siempre he pensado eso, en lo triste que es ver cómo la gente construye murallas o se esconde en sí mismo, siempre cerrando puertas; cuando la vida está ahí fuera, el enriquecimiento personal está en la intercomunicación, en el respeto al otro, sus ideas, su religión, su color... Ojalá cada vez, como dices, haya más puentes que nos unan y nadie sea rechazado sólo por ser de un lugar u otro.
ResponderEliminarBesitos y un fuerte abrazo (aunque sea virtual) ya sabes que no deben faltar,
Me has dejado con la boca abierta. Distinto, inesperado, imprevisible...
ResponderEliminarMe encantó.
Ojalá cada uno construyera aunque solo fuera un puente hacia los demás. Formaríamos una grande y mucho más noble HUMANIDAD.
Precioso.
Un abrazo
Muy de acuerdo con tu entrada, en lugar de levantar murallas hay que construir puentes que nos unan.
ResponderEliminarBesitos.
Totalmente de acuerdo contigo. Estamos en una època de muchos cambios, pero confío en que llegarán el amor y la comprensión, la humildad y la humanidad y todas las cosas bellas que Dios nos dio para que las utilizaramos para nuestro bien y que no hemos sabido usarlas hasta ahora.
ResponderEliminarBesos y buena semana Sau.
Esa coraza que nos ponemos a veces, es un muro infranqueable, solo los que nos quieren bien consiguen sortear el foso.
ResponderEliminarMe gusta tu dedicatoria.
Me ha encantado tu relato Sau,es cierto como la vida misma,ojala todos pensaramos igual y contruyeramos esos puente amigo mio,creo que es la unica forma de que los humanos seamos eso humanos,un abrazo enorme para ti
ResponderEliminarHola Ricardo!!!
ResponderEliminarYo quiero construir puentes,enlazando nuestras manos,uniéndonos a la cordialidad,comprensión y hermandad,no quiero muros que nos aislen y no nos deje comprender al ser humano.
Buenísima entrada y dicho de esa forma tan tuya!!
Un fuerte abrazo!!
Tender puentes, es unir las manos.
ResponderEliminarMaravilloso lo que escribiste, te dejo un fuerte abrazo.
Bonita semana
Este mundo debería ser un paisaje donde los puentes cada vez fuesen más largos,seguros y con mejores vistas.
ResponderEliminarOjalá,como bien dices,lo entendamos alguna vez y dejemos desterrada muralla alguna que pueda recordarnos la derruida Babel.
Siento que debe hacerse,lo que no siento es que se esté haciendo e ignoro si alguna vez nuestro intelecto derribará el muro que lo habita...
Besos.
Muy buena tu entrada!, me encantó Saudades reflexivo, así estamos por construir tantas murallas limitados a ideas, creencias y prejuicios de toda índole. Puentes con el corazón y la mente abierta, con tolerancia y respeto para una sana convivencia.
ResponderEliminarBesossssssssss