- ¿Qué le trae por estos andurriales al Tarsicio Tolomeo?
- “Pues ya ve usted señor Saudades Leoncio, vengo con mi cabrón pa ver si le puede dar unas montadillas un ratejo a la cabra Revoltosa, el pobre necesita desfogarse”
- “Pues me pega a mí que va a ser que no, la Revoltosa nació santa y virgen morirá, y es más, el Saudades Leoncio nació santo varón y sin catarlo sigue, no sabe lo que es mujer ni falta que le hace”
- “Pues si quiere señor Saudades le traigo una manceba de Orejillas para que se desfogue un ratejo y le coja el gustirrinin a esos menesteres”
- “Sepa usted señor Tarsicio Tolomeo que en esta santa casa no admito guarrindonguerías de ese calibre, aquí me desfogo poniendo a caldo al Endalecio Endrino, mi enemigo más cercano y yastá”
En vista de lo visto y como no llegaba el acuerdo sobre el cabrón y la cabra el Saudades sacó la botella de licor para las visitas no deseadas (licor de guindillas escalfas rebajás con polvos pica-pica) y le arreó un buen vaso al Tarsicio.
Este, sin más, se lo endiñó del riau, se quedó pasmao, primero morao, luego verde sucio, luego rojo tomatero, luego se le puso cara de gilipollas bobalicón, los ojos le caían como cabra en celo… de repente se puso a cantar “Asturias patria querida… / Asturias de mis amores…”
Se levantó, y sin más salió haciendo eses montecillo arriba, pedorreaba como una moto y el cabrón, detrás, tratando de esquivar las balas.
¡Porca miseria!
El Saudades siguió a lo suyo, cagarse en todo lo que se movía al otro lado del río y el Endalecio Endrino con las mismas pelenguendangas, cagarse en todo lo que se menea a esta margen…
¡Así es la vida, un frenesí…!
CRÓNICA VI
Sucedió un día de aquellos, soy malísimo para las fechas, estaba dando un paseo el de dos patas y el de cuatro, el jardín era digno de una reinona y claro que estaba allí la reina, la reina de corazones nada más y nada menos, me subí los pantalones alicaídos, metí barriga, saqué pecho y pallá que me fui por derecho, estaba leyendo un libro, saqué el Marca, lectura intelectual como es sabido y empecé a leer las cosas que manejamos la gente de la cultura, que si CR7 por aquí, que si Messi por allá, que si el árbitro la pifió, que si fulanito quiere ganar lo mismo que menganito, lo de siempre.
Al rato la reinona dijo ¡ejem! así como para entablar conversación, yo a lo mío, ella empezó a acariciar al albondiguilla y yo impasible, a lo mío, ella dijo ¡qué buena tarde, se respira paz! el cuatro patas le dio un ladrido de asentimiento, yo a lo mío, la reinona me miró descará, la veía a través de las gafas culo botella, así como quien dice un poco borrosa, me quité los fondos de botella, parsimoniosamente la miré, tanteé las posibilidades, me dije para mis adentros, ¡adelante machote!, la sonreí y la dije que la tarde era mucho más hermosa por su presencia, que los pájaros trinaban para ella, que mis ojos no estaban acostumbrados a la contemplación de la belleza que ella transpiraba, que las nubes se apartaban para que la luz la contemplara… que si patatin, que si patatán, que nos cogimos de la mano y me invitó a bailar un vals, que si parecíamos dos almas meciéndose al ritmo de las olas, que no es nada del otro mundo, esto pasa incluso en las mejores familias, que me lancé y le arreé un beso atornillao que no había manera de dasatornillar y allí nos quedamos disfrutando del boca a boca y tiro porqué me toca, el cuatro patas ya se estaba mosqueando, topamí, napaél, ya vendrán tiempos mejores, al fin me solté para respirar aire impuro después de respirar la pureza de su alma, (cosas que pasan), que nos fuimos a descubrir el mundo y descubrió el edén aldeano del gavioto este y le encantó, tanto que se quiso quedar… ¡alto tropa, todo el mundo quieto parao! esas son palabras mayores, el templo que jamás fue hoyado por ninguna despelujá corría el peligro de ser mancillado, mi juramento de tonto la higa corría peligro, uno que siempre tuvo como máxima “buey sólo bien se lame” veía el edificio de su existencia desmoronarse… y se desmoronó.
Se quedó cien lunas con sus cien soles y me enseñó lo que es amar con MAYÚSCULAS… han pasado otras cien lunas y aquí sigue la despelujá, no sé que tiene la aldea y el aldeano que a mi reinona le gusta una barbaridad, yo sé que eso que tanto le gusta no está a la vista, lo tengo bajo el refajo (cuanta mal pensá) está en el fondo de mi alma, el alma de un simple que entregó su vida para amar, a las piedras, a las aves, a las estrellas, a la luna, al o sole mío, al albondiguilla, al carnero Resoplíos, al gallo Crestatiesa, al cerdo Guarreras, a la alondra y al verderín, al ruiseñor que todas las tardes nos dedica una canción, pero eso no es ná, aprendí a amar a mi reina y la amé a todas horas, medias horas, cuarto de horas, minutejos, segundejos (plasta), incluso en las noches en que ululaba el viento se oía muy por encima su nombre hecho canción.
¿Joder, y pensar que alguna buena persona lee a este zumbao?
Pasaron muchas lunas, ahora se ve corretear por la aldea niños y más niños, yo no sé cómo han venido pero como todas las noches y fiestas de guardar estamos encargándolos pues es lo que pasa, y como no tenemos farmacia ni pienso hacer una retirada a tiempo pues que quieres que te diga, la prole es el orgullo del cantamañanas y la reina, y si tienen que venir más pues que vengan que la reina y el rey consorte tienen el deseo de hacer de la aldea unipersonal en otros tiempos, un pueblo.
CRÓNICA VII
Fue una aventurilla como otra cualquiera montado en mi jumento, fue al principio de asentar mis posaderas en mi aldea cuando las ansias de libertad y de conocimiento me mandaron a recorrer ese mundo inhóspito que me rodeaba, realmente fue un gran descubrimiento, creía que detrás de las torres de las iglesias de las dos o tres aldeas que conocía solo existía la nada, pude comprobar que la nada era mi minúsculo mundo comparado con la inmensidad de lo desconocido, pude ver expandirse ante mis ojos paisajes y paisanos impensables para mi, pude ver ciudades que parecían enjambres con sus múltiples colmenas, pude ver la vida vertiginosa a la que no podía asimilar, pude ver personas que no se saludaban porque no se conocían, todo era nuevo para mí, pude ver filas indias haciendo cola para entrar en un lugar que llamaban cinematógrafo, otros hacían cola para comprar el pan otros discutían acaloradamente y otros se besaban y hacían arrumacos en un parque; creí volverme loco perdido en un mundo que no era el mío y ya echaba de menos mi oasis de libertad, me parecía respirar aires impuros con muchas mezclas de olores, veía unos vehículos llamados a motor que estaban empeñados en mandarnos al otro barrio al jumento y a mí, yo me tocaba la cara, los brazos para ver si aún estaba en el mundo de los vivos, y estaba, yo miraba a mi alrededor y nada me traía recuerdos, todo nuevo y viejo al mismo tiempo, pude llegar a un sitio tranquilo, tenían bancos de madera, allí aparqué al jumento, me bajé y me senté en un banco, me daba coscorrones en la cabeza para poder despertar pero no despertaba, caí en la cuenta que un anciano sentado al otro extremo del banco me miraba con cara risueña, y me preguntó: ¿Qué le pasa buen hombre?, le miré atónito y le dije: ¡Acabo de nacer, pero no me gusta este mundo, quiero volver al de ayer! Es posible que no me comprendiera, es posible que me tomara por uno más de esos locos que fabrica la ciudad, pero no estoy en su pellejo ni en su mundo para poder comprenderlo o que me comprenda.
Monté en el jumento y emprendí el regreso a mis campos, a mi río, a esta aldea de la que nunca más he vuelto a salir, ni ganas tengo. Desde entonces me dedico a la vida contemplativa, me dedico a escribir paridas, me dedico a mi huerta, a mis animalicos y a mi Endalecio Endrino que son lo mejor que me ha pasado, bueno, no es del todo cierto, una vez vi una mujer, para mi fue una aparición, es demasiado difícil para contar a mis cortas entendederas, pero desde aquél día no he dejado de soñar…
CRÓNICA VIIII
Endalecio Endrino, mi íntimo enemigo de la otra orilla aquí está, le hice una retrataura, es más guarro que el tío Aspirino que se bañó una vez en una palangana y casi se ahoga, desde aquella tiene terror al agua.
Hoy ha salido el sol allá por el horizonte, los campos rezuman agua de la jartá a llover de varios días pero todo sea por esa primavera que va a estar a reventar. Como yo, que estoy que reviento de satisfacción, la vaca Escocía ha tenido un ternero que está más guapo que el dueño, y ya es decir. Todo sea por la gran familia de la aldea unipersonal, familia que hace tiempo pasó de ser numerosa a ser un pequeño ejército de tragones pues lo único que saben hacer es comer, beber, pedorrear y cagarse en todo lo que se menea.
Ayer pasó por aquí el curilla de Orejillas pa pedir una limosna pa los chinitos. Yo le dije que porqué no pedía para los de este país en descomposición, se rascó la calva y como un iluminado me dijo que tenía razón y ya se le ve por todas las aldeíllas pidiendo por todos los de la boina atravesá, como está mandao.
Me siento a la puerta de la cabaña del tío Saudades, a mi lado el albondiguilla oteando el horizonte, me rasco la calva, sale humo, pienso, la jodimos tía Eufrasia, veo allá por el horizonte mi tropa de cuatro patas pastando, está todo en orden, no pasa ná de ná, la vida sigue, le pego un lingotazo al porrón del vino de la cosecha del 2004, calidad extra-super, enciendo el cigarrillo de contrabando, me espatarro un ratejo, me despierta el ronquido talla XL, se nota que tengo la conciencia tranquila, me levanto, veo que Endalecio Endrino está remolón, engancho una piedra, se la tiro, le pasa rozando el larguero.
Otra vez será.
CRÓNICA IX
Es cierto, no dejo de pensar en el momento de espatárrarme un ratejo, de tomar mi cervecita con sus barcos de patatas finas de la huerta, con sus anchoas y boquerones del río, las aceitunas de mis olivos y los tacos de jamón de mis cacho guarros, pata negra aldeana.
Son esas ilusiones pequeñas que hacen una vida más grande, aquí el marqués de la aldea unipersonal nunca ha tenido grandes ilusiones porque la vida son pequeños momentos unidos como eslabones de cadena, ¿de qué me sirve desear lo que nunca he tenido y lo que apenas sé si existe? de ná de ná.
El albondiguilla un día se presentó sin haberlo llamado, y aquí está como uno más, los días vinieron como continuación de las noches, el sol nos da luz y calor y la luna me da a mí que tiene una cuenta pendiente con el Saudades, todas las noches la cuento historias y no me contesta con ná de ná.
Pues que sepa la señá luna que a mí como si se va a otra aldea, yastá.
Estoy de lunas luneras hasta el pelo viudo que se fue, y ahora voy y me espatarro otro ratejo que la vida en el campo es mu cansá.
CRÓNICA X
Panegírico al amigo que se fue:
Hoy amanece triste el cielo, las nubes nos traen lluvia que humedecen las lágrimas de un alma sin consuelo, se nos ha ido por los caminos del olvido para muchos, pero no para mí.
No tengo palabras, ayer, jugando con el albondiguilla, él, que ignora la importancia de los símbolos le pegó un muerde al pelo viudo y salió corriendo… allá que se marchó para no volver mi pelo, aquél que enviudó de otros pelos hace varios lustros, aquél que era orgullo del dueño de la cocorota donde reinaba, aquél que me acompañó en tantas batallas, en tantas justas, aquél que dirigía el tiro de piedra a la calva de Eleuterio Endrino, aquél que me acompañaba en mis sueños y vivencias, el motivo de mis largas horas de toilette.
No tengo palabras, (joder si las llega a tener el pendejo) las cabras y el cabrón no tienen ganas de ná, las vacas y el toro padre Padrone ni leche, las gallinas y el jefe del gallinero a moco tendido, las guarras y el guarro… más guarros cada día.
No tengo palabras, estoy preparando así desganao la caja, le acompañará para el largo viaje un licor de frutos del campo, un jamón pata negra, un chorizo de Pamplona, unos pescaítos fritos, todo sea porque no pase hambre en el tránsito.
No tengo palabras, estoy que no vivo en mí, me falta la antena parabólica, el faro que dirigía mis pasos, el tupé que me cubría los ojazos, la sombrilla en las tardes de estío, su alegría cuando la brisa le acariciaba.
No tengo palabras, (peazo plasta) estoy seguro que las verdes praderas te van a echar de menos, pero allí descansarás, en esa tierra que te vio nacer, crecer, desarrolarte… y palmarla.
¡No tengo palabras… !
!Pues cállate COÑO…!
PD.- El libro de condolencias quedará instalado en la puerta de entrada a la aldea unipersonal, se ruega el silencio y el decoro debido a las circunstancias, Gracias.
CRÓNICA XI
El cartero siempre llama dos veces:
Estoy que no quepo en mi, ma llamao el cartero de Orejillas que tengo un paquete contra reembolso, voy pallá con el jumento y me encuentro el paquetón, lo que pesa el jodío. Lo subimos entre dos a la grupa y pallí pallá que nos vamos.
Llego, lo bajo con mucho trabajo, abro la caja...
¡La madre que me largó al mundo, Facundo!
¡Una mujer!!!!!!!!!
¿Y que hace ahora el aldeano?
Si no sé pa que sirven esos paratos con ojos y encima que me miran como gata en celo, me cabreo me asomo y veo al Endalecio Endrino fisgando desde la otra orilla, cojo una piedra, se la tiro y le pasa rozando el careto, otra vez será, me vuelvo la miro, la remiro, pienso ¿pa qué servirá? Me pregunto.
Agarro un clavo y el martillo, la cojo, la arrimo a la pared y la clavo.
¿Quién será el zarrapastroso que me ha mandao una foto de una tía?
Seguro que ha sido el hijo de mala madre de Endalecio Endrino que se está retorciendo de la risa, el hijo de veinte padres, o más.
Y así pasan los días, uno tras otro ¿y las tardes? no digamos.
CRÓNICA XII
Preparando una guerra de guerrillas a cantazos contra el Endalecio Endrino, veo bajar por el montecillo montado en la borrica como quien no quiere la cosa a Críspulo el Caragrajo, el hijo de la tía Franca la Ojopallá, y le veo que lleva unos cartelones bajo el brazo.
Pa quien no lo sepa el tío Crispulo se dice que se ha metío a la política, él que es el más borrico del pueblo, él que fue una vez a la escuela y le echaron de allí a gorrazos para no pervertir al personal. Pero así es la política en el pueblo, se dedica a esos menesteres el que no sirve pa otra cosa, sólo pa eso, pa joder a todo el personal.
¿Pues no me viene el ñoño a quererme poner en mi aldea un cartelón pa las próximas elecciones?
Y le digo:
-“Como atravieses la linde gañán te va a caer una lluvia de piedras como no la has visto en tu vida”
Y me suelta:
-“No será pa tanto señor Saudades”
. . .
Escalabrao... se le ve montado en la borrica montecillo arriba con un pañuelo a la cabeza, bien apretao pa que no sangre.
Son las cosas de la política, que no están los mejores, luego están los peores.
Si brutos somos en la aldea, pero no tontos.
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Saudades |
PD.- Se ruega una oración para que le sean perdonadas sus patadas lingüísticas, se nota que el pobre sólo se asomó a la ventana de una escuela.
Amén