CAMINITO DE TODAS LAS TARDES

Me repeino los pelos alborotados que me tapan los ojazos mientras el espejo se está escoñando de la risa, Stradivarius me mira con su sonrisa socarrona mientras espanta las moscas con el rabo, el mamón de cuadrúpedo se ve que no tiene otra cosa mejor que hacer, pero la risa va por barrios.

Hoy puede ser un gran día, me relamo pensando en las que están por venir, aunque nunca vienen pero ese es otro cantar, ensillo al cuadrúpedo de la mala leche, le monto y le achucho con fuerza los ijares con el tacón de las botas, sale como bala perdida, lo que es, yo encima gritando como loco mientras el relincha como tonto, nos espera el largo camino de todos los días, la aventura que se dice.

Torcemos por un caminito que felices recorren las damas a la busca y captura de algún “pelenguendanga” como yo (no lo busques en el diccionario que no está, cosecha propia), pasan las horas, ni huellas se ven, me pega que todas han encontrado varón, seguimos, llegamos al Mare Nostrum, nos lo quedamos porque no se ven ni peces cuanto menos pezo…, desmonto, me tumbo panza arriba en la fina arena, placer de Saudades, Stradivarius se revuelca para quitarse las malas pulgas que tiene, me duermo, hoy no sueño, sólo doy rugidos más que ronquidos, conciencia tranquila que tiene uno.

Noche cerrada por vacaciones, despierto, me estiro, Stradivarius se ha segado él solito todas las hierbas más allá de la playa, no reventará, no  el ansioso, me rasco la coronilla,   estiro la manta de viaje, me da a mí que me voy a tumbar otro ratejo, me tumbo… rugidos.

Despierto requemado, toda la mañana dándome el sol de lleno,  ya ni pienso, para qué, pasa a mi lado un biquini y una dama dentro,  engancha su mano a la mía y con la otra mi cintura, nos bailamos un tango, con lo que a mí me gusta, la playa se nos queda pequeña para los meneos que nos damos, la tengo dominada, rendida, se le caen esos trapillos que la cubren, se me levanta lo que se tiene que levantar, allá descubro que existe el polo positivo y el negativo, allí descubro sentimientos dormidos, descubro ese destino ante una mujer… amarla.

Y allí en aquél Mare Nostrum, ahora mío… la amé.

Así es la vida… un frenesí.

Saudades

AVISO: Es conocido que de esta pareja el único cuerdo es Stradivarius, el caballo, el paquete que va encima, Saudades, está más loco que un rebaño de cabras pero es inofensivo, embauca a las damas, eso sí, lo que le hace peligroso, por lo demás no muerde.