CAE LA NOCHE

He visto el cielo estrellado como una invitación, y la acepto, y ensimismado me encierro en un mundo de sentimientos, veo el camino recorrido en la vida con algún acierto y muchos errores y me digo a mi mismo que nunca aprenderé, que la vida me ha dado mucho y mucho más me ha quitado, pero nunca me abandona el optimismo, los palos recibidos me endurecen por dentro y respondo con mi parte positiva, con mi sonrisa que siempre regalo, con mis palabras que acercan al oyente, con mi mano que siempre está presta a ayudar.

No vivimos solos y como tales tenemos que compartir y dar sin pensar en qué nos devolverán, otros muchos,  subidos en pedestales de barro se erigen en pastores de la grey cuando no sirven ni para pastorearse ellos mismos, esos que desde las alturas creyéndose por encima del bien y del mal viven en continuos dispendios con el dinero de los demás, demasiado indigente intelectual disfrazado de ángeles salvadores, pero son ellos los que se salvan.

Veo las estrellas haciéndose guiños unas a otras, veo a mi amiga la luna que da luz a tanto caminante, veo a tantas parejas dándose promesas que el tiempo se encargará de borrar, veo niños, cada vez menos, veo a esos ancianos que son como niños, veo los momentos recién pasados y el ayer que se marchó y veo un camino por hacer y que siempre estoy presto a continuar, y escucho música que nace del viento y escucho silencios que no borran mis palabras queriendo salir de la madriguera del alma.

El otoño me empuja a salir a la noche y aquí estoy, un espectador más del universo, ese que sin querer se expande desde que el mundo es mundo y para el que no existe la palabra finito lo que me hace más pequeño para ese mundo que estoy admirando, para ese cielo que nos rodea y se marcha cada vez más lejos.

Cae la noche y me veo jugando a ser estrella, a ser el lucero del alba, a ser la luz que te acompaña.

Saudades