ESPERANDO AL TIGRE



Llego, me espera, me tomo la copa de vino, las uvas, la pera, me tomo el camino del baño, me despeloto, me ducho los barrios bajos, el entresuelo, esto es las canillas peludas, el tercero, sede del tolón tolón y los gemelos, el quinto, con mi pecho de Apolo (venido a menos), la azotea, con la claraboya por donde penetra la luz, a falta de luces propias, me seco, me sigue esperando, que espere, me fumo el cigarro, me pongo a tono, se viste,  se va, por listo, me quedo solo, me tumbo en el sofá, me quedo frito, ronquido suena, suena el teléfono, me despierta, le descuelgo, suena un canto angelical en mi sueño, le descuelgo, camino, me canso, descanso, me canso de descansar, corro detrás de una quimera, se me escapa, tuerzo, veo otra, la persigo, casi la tengo al alcance de mi mano, se escapa, veo una sirena haciéndome guiños, me tiro en picado, me quedo clavado en la arena, me desclavo, todo lo que entra sale, me quedo a la defensiva, me atacan por retaguardia, otra sirena juguetona ¡te pillé!

Me la quedo, la llevo a mi piscina, la suelto, me hace carantoñas, ni caso, la miro, me gusta, la miro otra vez, me gusta más, me quedo con las canillas y lo otro al aire, me tiro de cabeza, buceo, le acaricio las escamas y otras cosas, se retuerce de placer, nos unimos en un baile acuático la sirena y el “sireno” de andar por casa, el agua echa humo, el baile llega a su clímax, la encargo una sirenita para perpetuar la especie, queda el encargo sellado y lacrado, ahora a esperar unos mesecillos de nada, seguimos retozando en el agua, los besos llueven como testigos de nuestro desenfreno, hacemos unos largos, después unos cortos, salimos, nos comemos una pierna de un cordero que pasaba por allí, reposamos, nos zambullimos y vuelta a empezar.

Así es la vida... un frenesí.

¡Qué cansinos son estos dos, oiga usted!!!

Saudades

Los cuadros son de Catherine La Rose