EL PASEO DEL LUNES

Me levanto, me estiro, me voy al baño, me miro en el espejo y me entra la risa floja al ver el careto, empezamos bien coño, me estiro, me ducho los barrios altos y los bajos, me seco, me visto, me peino el tupé, me marcho a pasear, caminante que caminas no vuelvas la vista atrás, con excepciones, como cuando ha pasado un bombón, es conveniente volverse para ver los cuartos traseros en movimiento, sigo andando salgo de la ciudad, doblo la esquina, me encuentro en un descampado con dos gitanos y su burro, me lo quieren vender, les digo que para que quiero más burro que yo, sigo, doblo la esquina, otro descampado, me encuentro a un guitarrista dándole a la guitarra, me ofrezco de palmero, que no decaiga, asoma a lo lejos el “Patachula” más conocido en el mundo del cante flamenco como el “Jondo”, se arranca, por soleás, después unas seguidillas, asoman a lo lejos dos flamencas que se unen a nosotros, me sale humo de las palmas, se ponen a bailar a toda pastilla, el “Jondo” parece que está llorando, el mamón, llega un autocar con turistas japos, se acomodan, la fiesta está en su apogeo, vienen más palmeros, aprovecho y me largo, doblo la esquina, me encuentro un descampado con río, allá me voy, en lo más frondoso de la orilla veo a cuatro damas bañándose desnudas, da gusto verlas, me quito los ropajes y me quedo en porretas, me tiro de cabeza, casi me quedo clavado en la arena del fondo, salgo gilipollas viendo pajaritos a mi alrededor, me recupero, ellas haciéndose cruces al ver el “tolón-tolón”, me pongo a hacer mis ejercicios gimnásticos, ahora me pongo de manos, todo vertical, el tolón-tolón en posición horizontal, como corresponde, las miro de reojo y siguen haciéndose cruces, termino mis ejercicios para fortalecer el cuerpo y el espíritu, me visto y me voy con la música a otra parte, doblo la esquina, me veo en un Edén plagado de ninfas, salgo de allí pitando no sea que me cojan por banda todas a la vez, doblo la esquina, me encuentro el mar y una playa paradisiaca, me quito los ropajes, me quedo en porretas, no se ve un alma, fenomenal, me tumbo con el mástil señalando a los cielos, me quedo traspuesto, de repente una gaviota hace un vuelo rasante y me pega un picotazo en el mástil

¡AAAAAAUUUUUUUUUGGGGGGGG!!!!

¡Me lo ha escoñao!

Así es la vida… un frenesí.

Saudades