DONDE HAY PATRÓN...

Me ducho los barrios altos,  los barrios bajos y el entresuelo, me mira el espejo, se descojona de la risa, como siempre, me repeino el flequillo que me tapa la visión matutina, me visto como para salir, salgo de casa y veo a Stradivarius preparado, ya es un dato que a la montaña no vamos, tampoco a las extensas llanuras, no hijo no, vamos a darnos unos bañitos en nuestra playa privada, con las canillas y el badajo al aire,  nos ha jodío mayo por no llover a tiempo.

Monto al cuatro patas, le doy un taconazo en los ijares, sale a paso lento, nos acercamos…

¡SOCORROOOOOOOOOO!!!!!

Mi playa privada invadida por dos ninfas desnudas, seguro que las malas lenguas les han hablado de mis locuras… me pierdo… ellas me pierden… soy un perdido.

Stradivarius, con cara de mala leche pensaba para sus adentros: ¡Todos los tontos tienen suerte, joder!

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Pasaron los años, se cuenta por los mentideros que el tipo ese, Saudades, ahora ejerce de cuidador de ninfas, las mima, le miman, le aman… él  las ama y se divierte que ya es bastante, y encima trabajando en lo que le gusta.

Así es la vida… un frenesí

Saudades