LA ALDEA DE SAUDADES EL LOCO

Cuenta la leyenda que en un rincón de la Hispania romana, allá donde el Diablo dio tres voces existía la famosa y nunca bien ponderada aldea Navaltempujo y te Escoñas, situada en la Gallaecia y en lo más intrincado del más tenebroso bosque.

Todas las noches y fiestas de guardar el viento ululaba en sus alrededores, los no naturales del lugar nunca hollaron esas tierras de las que se contaban historias para no dormir... con lo bien que dormían los lugareños, con pierna enganchada con la parienta, no te digo, el Gran Jefe de la aldea, temido del uno al otro esquinazo de la Gallaecia se llamaba Saudades Arrebatacapas Aisivoyconloquetedoy, más conocido por Saudades el Loco, y a mucha honra.

Es sabido por todos, al menos lo era que allí ocurrían cosas muy raras, las mujeres no salían de madre, no, salían de huevos, como está mandao, ¿Qué la querías pelirroja? Huevo pelirrojo, ¿Qué la querías morenaza? Huevo negro zaino brillante, a elegir, para que andar con tonterías de nueve meses más un día, quita hombre, menudo aburrimiento si te entraban las prisas por echar una cana al aire.

Bruno di Maio

Placentera que era la vida, te entraba hambre, salías de la linde,  pedrada en los morros al jabalí de turno y para casa, que te entraba sueño, dormías, que te entraban ganas de ñaca-ñaca, pues dale tú que a mí me entra la risa floja. Y así pasaban los días, ganduleando, ronroneando, estirando los bíceps, tríceps y el badajo, bañándote en el lago de los mil deseos, pasando el rato que se dice.

Y es que en la Hispania de antes se vivía mucho mejor que ahora que hemos inventado a los malos de la película, a los ladrones de guante blanco, a los banqueros, a los sindicalistas, a los políticos y a toda esa jauría humana.

Me vuelvo a mi Navaltempujo y te Escoñas, me gusta vivir la vida alejado del mundanal bullicio.

Así es la vida... un frenesí

Saudades el Loco


PD.- No sé si está loco o cuerdo pero un poco desequilibrado si está, o más