MI CAMPO DE FLORES



Si ya lo sé que no me crees pero en mis posesiones allá en la aldea crecen estas flores, son de la clase Achillea Millefolium Aysivoyconloquetedoy,  únicas en el mundo mundial, me llueven pedidos de la Tierra, Marte, Venus, Andrómeda, Centauro, mi primo el tío Tomasillo… pero no vendo.

Pues no me sale caro regarlas, mimarlas, achucharlas, acariciarlas, taparlas con mi cuerpo cuando hace frío, y cuando están maduritas llevarlas a casa para seguir con los mimos, achuchones y otras menudencias cargadas de amor, nadie sabe el sacrificio que supone dedicarse al campo, la gente se cree que todo el campo es orégano, pues no hijo no, vendes cuatro flores y no te pagan ni para gasolina, vendes cuatro tomates y no te pagan ni para simiente, vendes cuatro patatas y parece que tienes que dar las gracias por deshacerte de ellas.

Voy a darles la vuelta a mis flores, tienen que recibir el sol de todas las posiciones y mientras tanto, caricia al canto, es lo que tiene el campo, mucha dedicación con amor si no es así estás perdido, porque el campo te devuelve multiplicado  lo que tú le entregas con cariño.

Y después de esta pequeña lección campestre me marcho con Stradivarius, mi caballo, a dar un paseo por mis posesiones aldeanas, posesiones en las que nunca se pone el sol, pues no es listo el tío, con esas flores así cualquiera.

Después me tengo que pasar por el taller del tío Facundo para que me apriete ocho o diez tornillos que tengo flojeras, alguno ya lo he perdido, así me noto raro, pero raro, raro, ya no se me levanta como antaño… me refiero a los ojazos que nunca miran al cielo.

A la primera mal pensada la corro a gorrazos por mis posesiones, lo prometo por mis 28 niños, o más.

Lo que hay que ver.


Saudades - 2012

PD.- Las pequeñas cosas que te ocurren a diario hacen que la vida sea espectacular.